viernes, 16 de agosto de 2013

Entre Cariñena y Daroca hay un tesoro escondido. (por Jacobo)

Salida BTT desde Paniza por Rober y Jacobo.

El plan era sencillo. Ruta cerca de casa, con mucho desnivel acumulado (>1500m) en pocos kilómetros(55km).
Según reflejaba el track (http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=3625053) combinaba pistas, sendas, carreteras... partes rápidas, partes técnicas...

La ruta seleccionada salia de Paniza (pueblo) directa a Encinacorba. Desde alli, supuestamente, ascendia al puerto de Codos, plato fuerte del día y posteriormente se adentraba en la preciosa sierra de Algairen para llegar hasta el alto de la Virgen del Águila y devolvernos a Paniza por una senda trialera muy entretenida.

Algún error en la ruta o algún despiste en un desvio pasada Encinacorba no hizo "ahorrarnos" el puerto de Codos. Eso lo vemos ahora, tras examinar en casa la ruta. En el momento solo nos parecio un pequeño tramo que por error nos saltamos. Resulta que la ida y la vuelta pasaban realmente próximas... y por un desvio erroneo perdimos el track y a lo que nos re-encontramos ya estabamos en el camino"de vuelta". Solo sospechamos que algo había pasado cuando llegabamos al alto de La Virgen del Aguila y el cuenta apenas llegaba a los 25 km.... o nos hemos saltado algo o... ¡¡¡¡nos queda una bajada de... 30 km!!!!!!  ¡¡¡¡Yuhu!!!!!!

En fin... habrá que repetir... porque es obvio que no hay tal bajada.

Pero no pasa nada.
La ruta es bonita. Se puede hacer hasta un 15 de Agosto, como nosotros, ya que buena parte va por zonas boscosas.
Tras el llaneo inicial hasta encinacorba nos adentramos en la sierra con un puerto de dureza intermedia. Dos o tres rampas de meter todo, pero lo demás más llevadero.
Senda de Valdelasfuentes
Bajada rápida y divertida hasta la antigua carretera del puerto de Paniza y subida, por asfalto, hasta la Virgen del Águila. Desde un poco mas abajo del alto, de la misma carretera, sale un desvio hacia Paniza por pista y a los 1000-1500m una pequeña senda (Valdelasfuentes) que se mete en el bosque. Bajada muy asequible, con un poco de piedra suelta y alguna rama "cabrona", que en un suspiro te baja a Paniza.

Una vez allí... no quedaba otra... había que volver a subir tras el garrafal error. Volvimos al alto, esta vez por pista (por cierto... dura de cojones) y para variar un poco retornamos al pueblo por la antigua carretera. Mítico puerto para moteros como yo... que en bici no aporta básicamente nada.

Salida "curiosa", con parte de improvisación, parte de senda técnica, pechugadas de plato pequeño y descensos rápidos y seguros.


Rampas finales de acceso al Alto de la Virgen de Águila desde Paniza por pista. Al fondo...Campo de Cariñena

Piscina Municipal de Paniza



Y AL FIN… LE TOURMALET! Circular por los valles de Campan y Saint Lary. Por Marcos.






Reconozco que casi me bajo al llegar a La Mongie. No había encontrado mi ritmo en toda la subida y el famoso kilómetro de las galerías me dejó totalmente vacío.

El Tourmalet. Ese puerto enseña del Tour y del ciclismo. La primera vez que se subió, aún sin asfaltar, fue en el año 1910. Octave Lapize tuvo el honor de inscribir su nombre como el primer ciclista del Tour en superar su cima, y así lo recuerda a los cicloturistas una placa grabada en la cumbre.

Para mí, el Tourmalet era dos recuerdos. El primero del año 1991, cuando un genial Induráin se lanzó al ataque en el descenso hacia La Mongie, junto al mejor rival posible, Claudio Chiapucci. El resultado: una etapa inolvidable de ciclismo y el inicio de los 5 Tours de Miguelón. El segundo es de hace 3 años, Tour del 2010, cuando Andy Schleck y Contador subieron entre la niebla el puerto para sellar la victoria del pinteño… hasta que saltó a la luz el “pseudopositivo” del clembuterol. Ese día yo era uno de los miles de aficionados que tras soportar dos días la niebla y la lluvia en una cuneta a 4 kms de la cima, consiguió darles un grito de ánimo.

Pero nunca lo había escalado. Y eso, para un forofo del ciclismo como yo es imperdonable. Así que un Lunes de este mes de Agosto decidí quitarme el San Benito y lograr ese sueño pendiente. El recorrido elegido es de los que justifican una etapa del Tour; salida de Saint Lary, subida al Aspin (1ª cat), bajada hacia Campan y luego escalar hasta los 2115 mts del Tourmalet (Hors categorie). Como tengo que volver al coche de nuevo (no había helicópteros disponibles ese día…) no me queda más remedio que sumar la Hourquette d´Ancizan (nunca ascendido por esa vertiente en el Tour pero seguro que también un 1ª categoría). En total 104 kms y 2900 mts de desnivel.

Y ahí que voy, el día es estupendo y en teoría estoy más o menos en forma, así que nada debería salir mal.

El Aspin se sube bien… o quizás demasiado bien, porque con la emoción del momento me dejo llevar y fuerzo más de la cuenta, como luego comprobaré en el Tourmalet. La llegada a la cima es un jolgorio de senderistas, ciclistas, moteros, caravanas, ganados de vacas… un espectáculo. Fotico, comida y abrigo que nos espera lo mejor (o lo peor…).

La subida al Tourmalet se inicia en Saint Marie de Campan. Justo al inicio hay una fuente del siglo XIX, con una cruz de Santiago en su parte más alta, que es parada ineludible para rellenar botellines. No me equivoco si digo que es la fuente más famosa del mundo del cicloturismo. Los primeros 4 kms de puerto son fáciles, por lo que de nuevo el riesgo es dejarse llevar por la emoción y correr más de la cuenta. Y es que los últimos 13 son demoledores; pendiente casi continua del 9%, sin descansos. Lo llevo con deportividad hasta que se empieza a divisar la estación de esquí de La Mongie, y sobre todo las galerías para proteger la carretera de las avalanchas, otro de los emblemas de este puerto. A pesar de las veces que habré oído eso de que lo peor es esa zona, me pilla desprevenido y sufro como un cerdo. Llego a la estación… llena de terrazas al sol con turistas tomando refrescos y miro para arriba. Efectivamente… se ve la cima, ¡y está a tomar por culo!!. Primera tentación para echar pie a tierra y coger aire. No. Miro en el maillot y saco un gel. Es mi última esperanza, así que lo engullo bien remojado con el agua que me queda en uno de los botellines. El maillot ya lo llevo abierto del todo, así que no se me ocurre nada más para mejorar mi situación. A una velocidad paupérrima sigo subiendo, paso la urbanización del final de la estación y encuentro una especie de ritmo cochinero con el que creo que puedo llegar. Los últimos kilómetros siguen siendo al 9-9.5% y parecen interminables pero ya he decidido que aguantaré, así que hasta arriba.

Y si, llegué a lo alto del puerto, disfrutando el momento y maldiciendo a la vez  lo “bien” que subí el Aspin. Es curioso ver la cantidad de gente que se arremolina en la cumbre, entre turistas y cicloturistas de ambas vertientes. Tras las fotos y una Coca-Cola a 3 Euros, inicio el descenso. Como sin parar, consciente de que aún me queda la Hourquette, que tampoco es moco de pavo.

Tras pasar el área de Payolle se inicia este precioso puerto. Escondido entre hayedos y grandes pinos y rodeado de prados con todo tipo de ganado en libertad (vacas, burros, caballos…), esta subida es probablemente la más bonita en cuanto a paisaje alpino se refiere. La cima la alcanzo con más pena que gloria e inicio el descenso hacia Guchen. Yo ya había subido este puerto por esa vertiente pero al bajarlo me doy cuenta de lo espectacular, rápido y técnico que es este descenso. Se me hace la boca agua pensando en una etapa del Tour con final en Saint Lary tras esta bajada. Realmente para locos que quieran jugarse la vida  (los Nibali, Contador, Samu, etc…). No creo que tarden en incluirla en el recorrido de las próximas ediciones.

Y de nuevo en el coche. Una experiencia agotadora pero inolvidable. Vive Le Tour!.




 

martes, 13 de agosto de 2013

CALCENADA 2013 (A PEDALES) Por Marcos


 
Galo, Marcos, Jacobo y Miguel


Hacía tres años que no volvía por Calcena. A pesar de la belleza de esta marcha cuesta animarse asufrir bajo el calor moncaíno de Agosto. Pero este año debutan otros dos sinruberos; Jacobo y Galo. Casi nada. Y para rematar Rober se une a la partida pero a su manera: corriendo.

La Calcenada tiene muchas cosas que la hacen especial; el calor de agosto, la dureza de los repechos que rodean Litago, las bajadas interminables por la cara noreste del Moncayo… pero sin duda lo mejor de esta prueba es la organización. Y es que se trata de una asociación vecinal (la de Los Amigos de Calcena) la que cada año coordina a todos los pueblos de la zona y prepara una jornada con 1000 ciclistas y un buen montón de senderistas y corredores que durante día y medio rodean la sierra. Organizar todo esto tiene ya de por sí mucho mérito, pero si a esto le añadimos unos avituallamientos copiosos, una comida final muy organizada y una actitud siempre amable, el resultado es de sobresaliente. Además, es de agradecer como todos los voluntarios se esfuerzan en mantener el espíritu popular de la marcha, remarcando e insistiendo en que esto se creo como una andada no competitiva y así debe seguir siendo, a pesar de la invasión en los últimos años de los ciclistas con ansias de ganar el Tour empezando por Calcena.

¡Ah!, y un último detalle que me pareció ejemplar; la UT del Mont Blanc otorgaba 3 puntos a los que culminaran esta carrera a pie… pero desde este año los han rebajado a 2. El motivo: la existencia de demasiados avituallamientos. Ante esto, la organización, lejos de cambiar su filosofía, no sólo no ha suprimido avituallamientos, sino que ha ofrecido devolver la inscripción a los que perseguían obtener los dichosos puntos por encima de disfrutar de la marcha. Chapeau.

Bueno, y después de tanto elogio vamos al lío. Salimos Galo, Jacobo, Miguel (un compañero del curro al que Galo engañó para sumarse a la aventura) y yo. Parece que el día no va a ser tan caluroso como parecía. El primer obstáculo, el Tablado, nos vuelve a demostrar que o se sube muy en cabeza o es imposible no echar pie a tierra por caídas o salidas de cadena de los que van delante. Algún flipao aún se dedica a criticar a los que pie a tierra o incluso caídos en el suelo bloquean la ruta. Les doy un consejo: vuelvan mañana y tendrán toda la subidica para ellos. La bajada y posterior subida por tierras sorianas hasta Cueva de Ágreda no presenta grandes dificultades pero desgasta las fuerzas como una lija.

Segunda dificultad del día: El Canto del Hincao, techo de la prueba. Esta vez subimos sin tanto pelotón, más tranquilos y relajados y disfrutando del esfuerzo. Nos agrupamos en la cima para iniciar el bajadón hacia la provincia de Zaragoza. A pesar de que nos habíamos repetido como un mantra que esta bajada era peligrosa, Jacobo besa el suelo para darnos la razón. Solo chapa y pintura.


 
El resto del recorrido hasta la comida de Litago lo hacemos china-chano, dosificando en los continuos pechugazos que hay que superar para ganarse el pan. Cuando llegamos al precioso balcón-mirador de Litago nos llevamos la gran decepción del día…¡se ha terminado la brasa!!. Adiós a los tradicionales choricicos y longanizas de la comida. Habrá que correr más la próxima vez.

Y qué decir de lo que queda. Como diría un amigo con coleta “¡tranquilos que sólo queda lo peor!”. Y es que  es en esta parte del recorrido en donde el calor empieza a hacer estragos. La subida a la preTonda (una subida infernal asfaltada de 1.5 kms con un desnivel aproximado del 15%) y a la Tonda, se nos hacen eternas aunque para algún debutante parece que menos dura de lo esperado. La próxima vez no les meteré tanto miedo…. La bajada la hacemos sin problemas, pensando en el famoso último avituallamiento de la prueba, con su barril de cerveza. Sin embargo, estamos predestinados a disfrutar sólo al terminar el recorrido ya que de nuevo nos quedamos con la miel en los labios… ¡el grifo está roto y no pueden pinchar el barril!.
¿¿¿¡¡¡¡Eso hay que subir!!!!????

Menos mal que en las piscinas de Calcena podemos aplacar nuestra sed con una buena jarra. En la comida se nos unen además varios conocidos que también han hecho la prueba y que coinciden con nosotros en lo cordial y entrañable que es todo en esta “carrera”.
Pero como no todo puede ser perfecto, mi última foto es para la cabecera del barranco de Valdeplata, un recuerdo sentido del desastre que hace poco más de un año ocurrió en uno de los tesoros de la comarca y del que aún no se han recuperado sus habitantes.  Espero que no tarde en resurgir de sus cenizas… nunca mejor dicho.


 

Agradecimientos a: Calcena, Purujosa, Borobia, Cueva de Ágreda, Agramonte, Lituénigo, San Martín, Litago, Alcalá,  Añón y Talamantes.

PD: Siguen encontrándose papeles de geles y barritas en el recorrido de la prueba. Cualquier ciclista que aún tenga dudas en dónde dejar ese papelito que le sobra, que no dude en contactar conmigo, que le daré gustoso unas nociones básicas sobre orificios corporales en los que caben perfectamente…

 

viernes, 9 de agosto de 2013

"Cines de Verano" (por Rober)


"Cines de verano"

Crónica de la Calcenada 2013
104 km trail running
Integrante SinRumbo: Rober (el resto dando pedales!)

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Cines de verano...estos han sido sin duda durante muchos años la auténtica liturgia, el reclamo inagotable de las plazas de pueblo para esas noches estivales donde, silla en mano y con bolsa de pipas, dejarse uno engullir por las estrellas mientras el traqueteo del proyector lanzaba imágenes sobre la improvisada pantalla. Quiero pensar que Calcena sigue teniendo el suyo, y si acaso nunca lo tuvo, siempre se puede volver a costumbres del pasado que tan ventajosas se prestan de cara a la digestión de la cena...aunque Calcena parece apostar por el no menos practicado "paseo nocturno", eso sí, al estilo de las tierras del Moncayo.

Pero llegando al ocaso de la tórrida tarde del viernes 3 de agosto, me encuentro deambulando por las calles de Calcena, ya no se si reivindicando la vuelta de los cines de verano o una explicación más o menos razonable para dar sentido a ciertas decisiones que uno toma en la vida. He cambiado la bolsa de pipas por un dorsal, la silla piscinera por una mochila a la espalda, y después de cenar a las 7 de la tarde, solo me queda confiar mis tripas me perdonen por la digestión que les espera...

21:00 h y pistoletazo de salida, comienza la calcenada de verano 2013, modalidad corriendo!!. Tres horas antes se han puesto en marcha los andarines y jinetes, mientras que los ciclistas tendrán que esperar a las 08:00 h del día siguiente. Me despido al trote de Jacobo, que ha llegado a tiempo de verme zarpar, obviamente SinRumbo.

Tras el Andorra UltraTrail, y con el GRP esperando a finales de agosto, estoy en plena fase de experimentación con los 3 ingredientes básicos que conforman este guiso especiado llamado trail running: desnivel, distancia y capacidad de correr. La Calcenada se presenta a priori rebosante de dos de ellos: 104 km por delante de pistas 100% correteables (si hay fuerzas para ello).

Ritmo suave de salida, buscando una sensación de comodidad y un progresivo lubricaje de piernas de cara a las horas que tengo por delante. No conozco a nadie del resto de corredores, aunque no es nada complicado en los primeros km entablar conversación con unos y otros; siempre hay alguien dispuesto a compartir una buena batallita!! Los primeros 20 km tan solo tienen una subida llevadera por buena pista hasta el collado del Tablado, seguida de una bajada que a momentos se hace interminable, ya con la noche protagonizando la escena. Repostaje y corta charla en el pueblo de Borobia, para poner rumbo al pueblo de La Cueva (km 33), desde donde afrontar la subida a Canto Hincado. Saliendo de Borobia, me sorprende lo desperdigado que ya anda la carrera; durante largos ratos deambulo solo por las pistas, francamente buenas para correr por la noche, sin apenas irregularidades que pongan a prueba la propiocepción y tobillos de uno. Alterno trote y rápido andar, sin desaprovechar ningú trago en los múltiples avituallamientos custodiados por voluntarios dispuestos a pasar una noche al raso...eso sí, una buena noche porque la temperatura es perfecta. Alcanzo el collado de Canto Hincado y por primera vez echo un vistazo al reloj; voy a cerrar un tiempo próximo a las 6 horas para concluir el primer sector maratoniano, y no tengo claro si estoy marchando lento o no; el caso es que las sensaciones son relativamente buenas cuando alcanzo el refugio de Aldehuela.

Caldo caliente, cambio de zapatillas y calcetines, y vuelta a la pista forestal. El fresco de la madrugada anima a trotar, aunque solo sea por entrar en calor; aquí entro en uno de los momentos karma de la carrera; aprovecho la comodidad de la pista y el suave descenso para ir cogiendo ritmo y más ritmo, y del trote a la carrera, y carrera fácil con zancada controlada pero buena frecuencia, y pim pam pim pam...aterrizo en San Martín después de cubrir cerca de 10 k a ritmo prácticamente de entrenamiento, con 4 km finales de bajada en asfalto. Error!!!!!!!!!! Bienvenidos al interesante mundo de la gestión de emociones en las carreras de distancia...

Aprovecho el avituallamiento de San Martín para mandar un whatsapp a la familia, dadas las limitaciones de cobertura en Calcena y alrededores. Son pasadas las 4 de la madrugada, así que no espero respuesta. Foto de rigor con el personal voluntario de la carrera y rumbo a Litago (km 60 de carrera). El subidón del tramo anterior se transforma en un dolor opresivo en la rótula derecha; pruebo a trotar pero la molestia es bastante intensa, así que me conformo con andar a buen ritmo y algún tramo de trote ligero. Tengo 10 km para pedir perdón a mis piernas por mis excesos y buscar un acuerdo amistoso entre voluntad y capacidad física...y es que el cuerpo siempre puede dar más, pero el problema radica en que dar más no significa que lo soporte..



Aprovecho el avituallamiento fantástico de Litago para romper todo tipo de ortodoxia en lo que alimentación de carreras se refiere, y me voy como una flecha a por un flan. Un poco de agua y un par de mordiscos a un bocatín de jamón serrano con tomate hacen el resto. Estiro suavemente cuadriceps para ver si alivio un poco la tensión en la rótula y me pongo en marcha...próxima parada: Añón (km 70). Los primeros 5 km coinciden con el amanecer, aún muy tibio, pero suficiente para decir adiós al frontal. Terreno en subida por camino más de monte, y recobrando sensaciones en las piernas...sigo más solo que la una en mi marcha, y ya he dejado la noche atrás. Me encuentro con algún corredor pero les dejo atrás en este tramo de subida, voy cómodo y cogiendo ritmo. Y de andar paso al trote, y del trote a una carrera ligera y de nuevo las piernas responden y entro en otro demoledor estado de karma...gestión de las emociones II parte...

!! No se puede pasar por el avituallamiento del km 65 de una carrera de 104 km gritando a los voluntarios "voy como una motoooooooo" !! No se puede...eso el hombre del mazo no lo perdona.. Pero hay que reconocer que sentía de puta madre, de auténtico subidón y me pegué una bajada al pueblo de Añón como si ahí estuviese la meta.

El tramo Añón - Talamantes me coge ya en plena mañana, por unas pistas con horizonte infinito, muy del estilo de Las Planas en Zaragoza. Alterno trote y andar ligero, afrontando la subida al collado Negro con precaución aunque buen ritmo. No hay nada como pensar en tus compañeros SinRumbo dejándose los higadillos en esta subida para distraer la mente y alcanzar el collado casi sin darme cuenta. Ahora toca otra bajada por pista donde ellos se acordarán seguro de mí. Avituallamiento de Talamantes y km 80 de carrera. Cambio de camiseta, un par de vasos de coca cola, reviso chasis y continuo marcha para cubrir los últimos 24 km. Por delante, el puerto de la Tonda, el coco de la carrera. No tengo apenas referencias de la subida, me hablan de unos 6 km de tramo duro y mantenido. Dejo atrás Talamantes por un tramo de transición que alterna llanos y repechos, enfocando mi estrategia para la subida, cuando me adelante otro corredor que parece lleva piernas frescas. Cambio rápido la estrategia e intento ponerme a su rueda; no se por qué me inspira el tipo la confianza propia de alguien con experiencia. Justo al inicio de la subida de la Tonda le doy alcance, y ahora tomo yo la delantera. Andando a buen ritmo y con algunos andarines de referencia más arriba. Unos 40 minutos más tarde damos conquistada la subida y afrontamos los últimos km de descenso a la carretera a Calcena.

Avanzamos en un primer tramo juntos, charlando de carreras pasadas y la fiebre de la ultradistancia. Llevamos un trote cómodo que nos lleva al penúltimo avituallamiento, donde mi compañero vuelve a tomar la delantera y me quedo otra vez con la compañía de mis zapatillas. Se que en el siguiente avituallamiento hay un tirador de cerveza, un clásico en la carrera y el indicador más claro que la meta queda ya a la vuelta de la esquina. Mientras tanto, por fin un camino más técnico, con piedra suelta y más de monte. Y en bajada. Otra vez me pica la bicha y para cuando quiero reaccionar, voy bajando a tumba abierta, sin ninguna conciencia acerca de los más de 90 km que llevo en las piernas...gestión de las emociones capítulo III.

Alcanzo al corredor con el que subí la Tonda, le paso y continuo a plena carrera hasta el avituallamiento del tirador de cerveza, donde me doy el gustazo de una caña helada y unos frutos secos. Eso si, parada breve y continuo hasta la carretera de Calcena para cubrir los últimos 5 km de asfalto. Mientras tarareo en mi cabeza el "Volando voy" de Camarón, el asfalto de la carretera me despierta de un zarpazo y de nuevo noto un opresión muy potente en la rótula. Ahora me empiezo a acordar de la bajada. Hago un intento y nada de nada, toca andar. Solo de pensar lo que me pueden llevar estos 5 km andando me da un chungo, porque ya estamos alcanzando el mediodía y el sol calienta pero bien. No queda otra, así que intento andar con alegría mientras me junto con una hilera de participantes afrontando ya el tramo final. Tiro de Ipod para entretenerme, con un poco de rabia por no terminar corriendo cuando practicamente he corrido en todo momento donde podía hacerlo...

Y entonces entramos en el capítulo final de la gestión de emociones...cuando la voluntad se impone sobre el cuerpo. En mi opinión, un error, porque es una ruptura completa del equilibrio de la persona, aunque te permita como fue el caso cubrir los últimos 2 km corriendo de nuevo a buen ritmo y con una sensación de subidón y potencia...quería terminar corriendo y vaya si lo hice, pero cuando crucé la meta sabía que no había sido una decisión sabia. Una carrera es el éxito de la simbiosis cuerpo-mente, y en la meta de la Calcenada mi mente iba tirando del cuerpo como un caballo percherón. Haber recorrido esos últimos km andando quizás no hubiese sido tan "cool", pero sin duda hubiese sido un ejercicio de equilibrio y gestión de las emociones. Pero para eso vine a la Calcenada...para aprender...

martes, 6 de agosto de 2013

Es lo que tiene vivir en los Alpes...(Por Noé)

Titulo: DUATHLON DEL MONT BUET


Mont Buet
                Despues de varios meses sin disfrutar de la montaña, me presento con un día libre y con una previsión meteorológica excepcional. Mientras ceno, miro los mapas buscando un proyecto para el día siguiente pero mi cabeza no se centra. Miro recorridos en bicicleta y picos para trail. Ya hace tiempo que echo de menos el ambiente de la alta montaña, rocosa y vertiginosa. Esta es la mía, el Mont Buet es un pico de 3100m de altitud que se erge face to face al Montblanc, pero finalmente, me resultaría imposible dejar la bicicleta de lado...


                A las 8h de la mañana salgo de la furgoneta desde Cluses con mi bicicleta de carretera y una mochila con mis zapatillas de trail y los bastones. Empiezo a subir por la carretera hacia Taninges, voy rápido, se nota que estoy fresco y con ganas ... (o igual era el café que hacía efecto!). Superado el primer puertecillo de 300m llaneo hasta Sixt-Fer-à-Cheval. Dejo la bici y mientras me tomo un café con una tarta de manzana y un brioche au sucre, miro el mapa para estudiar la ruta. Comienzo muy alegre, el sendero es agradecido con muchos zigzags. Cruzo un par de veces el río y en 1h30 me encuentro en el refugio de Grenairon. Una charla con el guarda sobre las condiciones de la ruta aderezada con un plátano y una cocacola, sobran para reponer fuerzas y continuar la ruta.


Arista cimera equipada

                Pocos minutos despues del refugio, comienzo la arista de Frêtes du  Grenier. Nada complicada, se trata de un sendero que va esquivando los diferentes dientes, un poco caótico entre grandes rocas pero muy bien señalizado con mojones y puntos rojos cada metro. Llego al pico de la Cathedrale, 2500m de altura, desde aquí el sendero continúa a cota hasta el lago de Plain du Buet, donde comienza la ascensión final. Supero +200m que me dejan en la arista final donde dejo los bastones para pasar más cómodo el paso de cadenas que hay. La roca es de buena calidad y la cadena está colocada con inteligencia por lo que no supone el más mínimo problema. En unos pocos minutos de marche después de la cadena llegamos a cima bajo un sol abrasador. Bravo!



 
Cima

 
Macizo del Montblanc
               Las vistas desde la cima son espectaculares, el macizo del Montblanc, la muralla des Fiz, el circo de Fer à Cheval...

Al final, 60km +495m en bici y  30km +2325m a pié  !!



Murallas des Fiz