jueves, 23 de marzo de 2017

Pics de Bataillance y Marioules. Por Marcos (19 de Marzo)


Riff con Piolet

Da la impresión de que cada vez se valora menos. Al silencio, me refiero. Incluso muchos piensan que es incómodo o intimidador, o que necesariamente ha de anunciar algo desagradable. Es una especie de tesoro perdido al que casi nadie parece echar de menos. Es más, cuando lo conseguimos, cuando podemos disfrutar de él, encendemos la radio, la televisión o nos ponemos los auriculares del móvil. Para sentirnos acompañados, dicen. Como si el silencio no tuviera valor. 

Por eso, cuando esquiaba hacia el puerto de Bataillance, solo, en un silencio en el que sólo se oían las turbulencias de la sangre al pasar por las carótidas… pensé una vez más en lo que nos estamos perdiendo en la ruidosa sociedad en la que algunos vivimos. En eso… y en que quizás algún día me tendría que hacer un eco-doppler.
Subiendo Batalliance

Pero todo empezó en la boca norte del túnel de Bielsa, el día del padre del 2017. Condiciones favorables en cuanto al riesgo de aludes y nieve a raudales, pudiendo salir calzado desde el parking.

La primera parte, aún a la sombra, invita en algunos puntos al uso de cuchillas. Yo intenté apurar la técnica por no parar a abrir la mochila. Opto por desviarme en seguida hacia el este, en cuanto se supera un evidente barranco a nuestra izquierda. La mayor parte de esquiadores opta por seguir subiendo para virar más arriba, cerca ya del farallón que forma el falso Bataillance. Sin embargo, yendo por donde yo fui (ver el track), se entra en una soleada y solitaria vaguada por la que se foquea tranquilamente hasta la pala de acceso a la antecima del pico. Cima, que por otra parte es amplia y perfectamente esquiable. Las vistas desde allí son espectaculares, sobre todo por la perspectiva que tenemos del valle de Bielsa, hundido entre las montañas.
Valle de Bielsa desde las alturas
De ahí desciendo por donde he subido y sin perder demasiada altura inicio una travesía hacia el oeste, en busca, ahora sí,  de la base del falso Bataillance, para quedarme lo más cerca posible del puerto de Bielsa, próximo objetivo de la ruta. 

Tras poner las pieles subo en pocos minutos por la ladera este, dejando a mi derecha la avalanchosa cara este del Marioules.

Una vez en el puerto (que por cierto, esta encastrado entre dos grandes rocas como si fuera alguna de las puertas naturales de los libros de Tolkien…), toca encaramarse a la arista que sube al pico de Marioules. Se aborda por la amable cara sur, que apenas tenía nieve, y sin dificultades (trepada de grado I-II) se llega al monolito cimero.

La idea que llevaba era bajar esquiando la cara norte, pero entre que iba solo y no veía claro el acceso a la pala, decidí perder altura por la cresta oeste, también muy asequible, y bajar por un amplio corredor que acaba en  un valle desde el cual se puede empalmar sin dificultades con la ruta por la que había subido.

Ya solo me quedaba recoger los bártulos y bajar a Boltaña a celebrar el día con una paella digna del padre más exigente.




Subiendo Merioules desde el Sur


Cima de Marioules

Cima Marioules , pelada por el sur

Puerto de Bielsa

domingo, 12 de marzo de 2017

A San Victorián en bici de carretera (4/03/2017) Por Marcos.

miércoles, 8 de marzo de 2017

Carrera del Ebro. 30K (26/02/17) Por Marcos





Poco a poco esta carrera se ha convertido en una de las clásicas del año en Zaragoza. Sin embargo, el hecho de que sea en febrero, cuando muchos aún no hemos alcanzado la forma,  ha provocado que hasta ahora no haya tenido la decisión de correrla. 

Este año sin embargo todo cuadraba; se preveía un tiempo excepcional, este invierno había entrenado más que otros años y además varios compañeros de trabajo se habían también apuntado, por si aún me quedaba alguna duda. Así que apurando el tiempo de inscripción, allí que me planté. Este año si.

La carrera me pareció muy entretenida, no sólo por el hecho de ver a los militares desplegar todos sus encantos con los corredores, sino porque te permite correr por zonas de San Gregorio que de otra forma están cerradas a los civiles.
 
Como siempre, me vuelvo a quedar impresionado al ver la magnifica extensión de estepa y el número de pistas que se divisan en el horizonte. ¿Para cuándo la Carrera del Ebro BTT?. 

En cuanto a mi participación diré que salí a ciegas, sin conocer la carrera y sin haber corrido 30k en años, así que me uní a Víctor y Pedro y poco a poco fuimos haciendo kilómetros. A pesar de los múltiples repechos que te calientan los cuádriceps, es una carrera que se deja correr en su totalidad y no se hace tan dura como otros trails con desniveles mucho más altos. Al final cada uno adoptó el ritmo más adecuado para completar la carrera con las fuerzas justas pero sin reventar.