martes, 30 de abril de 2019

PEQUE SIN RUMBO: EL CERRO COTÓN DESDE MORILLO DE TOU. 20 de Abril

Ruta circular desde el pueblo vacacional de Morillo de Tou, a escasos kilómetros de Aínsa. Es una excursión que discurre en su primera parte por pista, recorriendo un pinar de repoblación para luego desviarse y adentrarse en un bosque de carrasca, pino, sabina y boj hasta llegar al Cerro de Cotón, un espectacular mirador del embalse de Mediano y de las cimas del macizo de Monte Perdido. 


Aunque no es difícil, el sendero en la parte alta del Cerro pasa cerca del acantilado, por lo que es fundamental tener cuidado y llevar siempre controlados a los niños para que no se salgan del camino. Una caída puede ser fatal en algunos puntos. 
Durante la excursión veremos la torre de Tou, una construcción del siglo XI-XII que al parecer era la iglesia del castillo de Morillo, del que apenas quedan algunos restos de su muralla. 
La última parte del sendero pierde altura con rapidez para llegar de nuevo a Morillo. Esta parte del camino es algo incómoda, pedregosa y con bastante pendiente, aunque ya sin riesgos de caídas peligrosas.

Longitud: 6,23 kms.
Desnivel positivo acumulado: 224 metros.
Duración: 2 horas y media, aproximadamente.
Vegetación: bosque de carrasca, pino y boj. 
Edad recomendada: A partir de 5 años. No apto para carritos.
Dificultades: El sendero de bajada desde la Torre de Cotón está algo descompuesto, con abundante piedra suelta. En cuanto al tramo del Cerro Cotón, simplemente hay que procurar no hacer el cabra y salirse del camino hacia el acantilado. Precaución sin más.


miércoles, 3 de abril de 2019

PEQUE SIN RUMBO: ALQUÉZAR Y LAS PASARELAS DEL VERO. 31 de marzo.

Sin duda una de las rutas que más popularidad está alcanzando en los últimos años en nuestra comunidad. Ampliada y rehabilitada recientemente, "sobrevuela" el cauce del río Vero por unas pasarelas de metal incrustadas en la roca. Sin embargo este éxito ha traído una excesiva afluencia de visitantes los fines de semana o los festivos, lo que conlleva que en ocasiones debamos circular en romería de fila de a uno por el sendero. Mi primer consejo sería por tanto elegir fechas fuera de temporada, o incluso esperar a hacerla por la tarde, después de comer tranquilamente en Alquezar, para no coincidir con el grueso de visitantes.


Antes de empezar hay que repasar las medidas de seguridad y comportamiento que propone el panel informativo; casco recomendable por las piedras que puedan caer al cañón, no llevar perros, evitar carros o mochilas de grandes dimensiones y llevar a los niños vigilados, pues el sendero está bastante expuesto a caídas en muchos puntos. Y yo aún añadiría una más; empezar la ruta con las necesidades hechas, o al menos con una bolsa de basura para meter los kleenex si finalmente no queda otro remedio que proceder durante el camino. Y es que no recuerdo haber visto nunca tanto pastel y tanto pañuelo de papel  como en este recorrido. 
Empezamos bajando al cañón del río por un sendero estrecho. A la izquierda veremos las paredes de la zona de escalada de Alquézar y si tenemos suerte, a algún deportista trabajando alguna de las exigentes vías. El sendero es empinado y en algunas zonas hay pasamanos. Aún así, si está mojado puede ser muy resbaladizo, ya que la roca está muy pulida por el paso de la gente.




Una vez llegamos al fondo del cañón podemos desviarnos unos metros y ver una pequeña cueva que el agua ha excavado al otro lado del cauce del río. De vuelta a la ruta empezaremos las espectaculares pasarelas, que harán las delicias de los peques. Son tramos aéreos pero bien protegidos,aunque mejor no confiarse e ir con cuidado. Si tenemos suerte veremos varios tipos de rapaces (recomendable llevar prismáticos) y si no tenemos prisa disfrutaremos de las distintas especies de plantas y flores que jalonan el camino, espectaculares en esta época del año, con la primavera llenando ya el ambiente.




Llegamos finalmente al mirador del Vero; una plataforma metálica sobre el barranco desde la que veremos el pueblo y el cañón en todo su esplendor. Desde ahí sólo nos queda subir a Alquezar por un sencillo pero empinado camino. El pueblo está considerado como uno de los más bellos de España y salta a la vista que así es; la colegiata, la iglesia y sus calles bien merecen invertir medio día y disfrutar así de esta villa medieval y su cada vez más amplia oferta de bares, restaurantes y hoteles.




Longitud: Casi 5 kms desde la plaza de Alquezar.
Duración: Unas 2 horas (sin contar las paradas).
Desnivel: 400 metros.
Edad recomendada: a partir de 5 años.
Precauciones: Sendero muy irregular y rocoso, resbaladizo con lluvia (llevar calzado adecuado). Recomendable casco por posibles caídas de piedras. Cuidado con los niños pequeños, se pueden caer. No es posible hacerlo con carritos y tampoco recomendaría mochilas porta-bebés.