Quedan 10 días pra lo skygames 2012.
Algunos vais como motos, otros damos pena... pero por lo menos nos reiremos un rato.
En contra de todas las creencias del grupo y rompiendo las reglas, por si alguien quiere PLANIFICAR algo sobre la carrera, por si quereis conocer el recorrido, posibles puntos de espera para familiares... están los trakc en wikiloc.
Os dejo links y por si no estais suscritos, MANDO POR MAIL los tracks sencillos (500 puntos) compatibles con todo tipo de GPS, hasta la mierda que tiene Marcos...
SKYMARATHON http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=2956114
SKYRACE http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=2983026
SKYBIKE http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=2960143
SKYRAID http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=2956102 (TRANQUILOS ROCHE!!!... es solo para profesionales... era por si os la quereis mirar para otro finde...)
Supongo que el track del km vertical y del Skyspeed os da igual...
A entrenar duro...
miércoles, 20 de junio de 2012
jueves, 14 de junio de 2012
La prueba del año
Travesera de los picos de Europa:
Bueno melenas...
Es lo que hay...
No se puede añadir nada mas que ¡Ánimo!
PD: no hace falta que lleves pala y sonda y aunque veas nieve en algun nevero... no cargues los esquis para hacerte alguna bajadilla...no ,merece la pena, ya nevará el año que viene.
Bueno melenas...
Es lo que hay...
No se puede añadir nada mas que ¡Ánimo!
PD: no hace falta que lleves pala y sonda y aunque veas nieve en algun nevero... no cargues los esquis para hacerte alguna bajadilla...no ,merece la pena, ya nevará el año que viene.
miércoles, 13 de junio de 2012
"Sopla Nucas" por Rober
5ª Carrera de Montaña "Tozal de Guara" - 10 junio 2012
Media Maratón de Montaña
Desnivel positivo: 1400 metros
Integrantes SinRumbo: Noé y Rober
--------------
Nuevo madrugón dominguero. A las 6am pongo rumbo a Nocito desde Zaragoza; tengo 2 horitas de trayecto que aprovecho para probar si mi poder mental es capaz de atormentar el sueño de Noé, que debe descansar plácidamente en Nocito al haber llegado la noche anterior. No es envidia, simplemente igualar fuerzas porque todos los informes que me llegan hablan del buen estado de forma del "Potrillo de La Puebla". La semana ha sido intensa, sobre todo por la labor siempre oscura del Capi, hábil como nadie en hacer crecer rivalidades y avivar viejas rencillas y "robertadas"...
Llego con tiempo de sobra para estirar las piernas y reunirme con Noé y la panda de cracks de Sendero Límite, fuertes como toros. Tenemos la salida a las 9.30am y una hora antes ya hay un ambiente cojonudo de carrera, acompañando incluso el día porque parece que el calor puede dar un poco de tregua, que bastante ya tenemos con el desnivel a salvar hasta alcanzar la cima del Tozal.
Fiel a mi estilo, apenas he mirado datos de la carrera, ni perfiles ni detalles del recorrido. Tampoco hace falta haber estudiado en Salamanca para alzar la vista y ver el Tozal de Guara, imponente y dominador del paisaje. La cosa queda clara, hay que subir hasta ahí arriba para volver a bajar a Nocito. Lo demás es poesía y florituras...
Mientras calentamos, Noé me da algún consejo acerca del recorrido, ya que en su caso es repetidor de la carrera. Mientras le escucho atentamente, me asalta la imagen del Capi susurrándome: "Cuidado con Noé, no te fies que está muy fuerte...". Acaso estos consejos pueden ir cargados de veneno??? En el seno de los SinRumbo, uno ya no sabe...jejeje (muchas gracias Noé por esos consejos hostias!!)
Línea de salida; quedan escasos segundos y Noé aprovecha para adelantar posiciones y situarse en la cabeza de salida. Yo le vigilo unos metros por detrás, consciente de mi salida diesel y de la necesidad de darle tiempo a las piernas de coger ritmo. Para eso dispongo de cerca de 4 km de terreno más o menos llano, distancia suficiente para perder de vista a Noé...ha salido disparado!!
El recorrido es alucinante, disfrutando de unos cuantos pasos de agua en arroyos y barranqueras donde se aprecia las 2 corrientes de pensamiento que dominan estas pruebas: los analíticos que buscan el paso franco manteniendo a salvo del agua calcetines y zapatillas. En la otra punta, los destalentados que directamente pasan, y si el arroyo tiene 1 metro de profundidad pues ya se verá que pasa. En mi caso, para no crear enemistades, pruebo de las dos maneras...
El collado de Petreñales marca mi punto de referencia, pues desde aquí hasta la cima tengo en la mente el recorrido en el ascenso que hicimos Capi y yo el año pasado desde Vadiello (pedazo actividad maestro!!). El tramo de subida sigue un precioso sendero, con repechos intensos y algunos tramos que permiten coger algo de aire e incluso acelerar el ritmo. Durante las primeras rampas, aprovecho para probar las piernas e intento no dejar de trotar, aunque en algunos momentos la diferencia con caminar puede no sea perceptible, pero quiero pensar que infundo respeto en los corredores que tengo a la vista!!
Esto de correr es un ejercicio muy interesante de soledad e introspección. Yo aprovecho estos km de subida para pensar en infinidad de cosas, y una de ellas es una reflexión acerca de mi sistema de valoración de corredores según su respiración. En varias ocasiones noto el aliento en el cogote de algún corredor, y según percibo su respiración, valoro su estado de energía y mi comportamiento frente al hostigamiento. La exigencia del recorrido por lo general se traduce en corredores jadeando de manera intensa, lo que me hace pensar que el nivel de energías va justo, y lo comparo con mi respiración para tener una referencia y motivarme en el caso note mi cuerpo más calmado...entonces aprieto un puntito!!! Y si he acertado, noto el aliento del corredor perseguidor más lejano y agónico, hasta que al rato un nuevo corredor se aproxima y vuelvo a jerarquizar su estado de piernas en función de lo intenso que me sopla la nuca...con este método, os aseguro que temo el corredor que se acerca sigiloso, apenas anunciado por el retumbar de sus zancadas...
Los avituallamientos se ajustan como anillo al dedo a mis necesidades, y casi aparecen por arte de magia cuando noto aumentar la sensación de sed o simplemento agradezco una acción que rompa la rutina de la carrera por unos segundos, o me sirva como un nuevo punto de referencia en el que distraer mi mente. Y a todo esto, Noé sin aparecer en mi campo visual...
Tras el collado, hay un tramo de bajada y llaneo que permite recuperar aliento y cambiar el ritmo de zancada para soltar un poco las piernas, aunque ya se que todavía queda el ataque a la cima y la última rampa de subida...3 km adicionales de subida donde no me queda otra que dejar de trotar e intento andar a buen ritmo. Tengo un grupete de corredores a la vista, y lejos de intentar alcanzarles, los cojo como referencia para intentar mantener un ritmo constante. Esta aventura no acaba en la cima del Tozal, después vienen 11 km de descenso que van a poner a prueba las piernas y las fuerzas. Llegando a la cima, no dejo de echar vistazos fugaces a las vistas, espectaculares. Un par de montañeros nos jalean y de algún modo se compadecen de nuestro sufrimiento, porque ya debemos llevar cara de auténtico cansancio. Pero por lo menos a mí, la llegada a cima me repone las energías e incluso me echo un bailecito al son de unos paisanos con un megáfono que están animando nuestra llegada. Plátano, aquarius, plátano y agua...y todo esto sin dejar de correr, dejando que la gravedad tire de las piernas mientras comienzo el descenso. Coincido con otro corredor en el primer tramo; le veo con un buen ritmo e intento no perderle mientras vamos ganando velocidad. Enseguida dejamos la loma cimera y enganchamos un sendero pedregoso donde me encuentro cada vez más cómodo. Noto las piernas ágiles y por momentos me freno a mí mismo y pienso en los km que aún quedan y el desgaste de la bajada...pero de repente abandono el conservadurismo y me veo corriendo a saltos cuesta abajo, dejando atrás al otro corredor y gozando como un enano del descenso. Tengo la cabeza ocupada en calcular el siguiente apoyo de mis pies e intuir el trazado del sendero...me olvido de mis piernas y mis rodillas, y simplemente corro y salto...y Noé sigue desaparecido...
El cuerpo está funcionando como un reloj, y cuando uno tiene esa sensación, lo único que cabe hacer es disfrutar...pero hay que seguir tomando decisiones en décimas de segundos...donde pisar, confiar o no en esa piedra que hay delante, optar por saltar o retener un poco el ritmo...y en todo este proceso decido por primera vez atajar en una curva aprovechando una zona aparentemente franca campo a través...y de repente uno se olvida de los km que llevan las piernas encima, infravalorando el cansancio y la respuesta de las piernas a un simple resbalón. Noto un conato de tirón en el vasto interno, y me cago en todo por la idea feliz de abandonar el sendero. Pierdo los pensamientos en cualquier cosa que me aleje de la conciencia de mis piernas, y vuelvo a ganar ritmo, y vuelvo a saltar y cada vez me noto más rápido...
En el último avituallamiento me dicen que tengo por delante 3 km, y cuando empiezo a elogiar mentalmente el tiempazo que debe haber hecho Noé, adelanto a un amigo suyo que me dice que va un poco más adelantado, quizás demasiado para alcanzarle...Esta noticia es como cafeina para el cuerpo, sigo acelerando y por instantes pienso en que ahora soy yo el que por detrás intenta lanzar su aliento sobre el corredor adelantado. Quiero pensar que Noé ya nota mi aliento en su nuca, pero aún sigo sin verle, así que me conformo con correr y resoplar, correr y resoplar. Las energías aguantan genial en este último tramo, y la sensación que tengo es de ir a muy buen ritmo en busca de Noé...estoy seguro que ya nota mi aliento!! Y es entonces cuando alcanzo las primeras calles de Nocito y justo al fondo, al final de una calle empedrada, distingo la silueta de mi presa, y un poco más allá, el punto de meta de la carrera. Sonrio, y no dejo de correr porque por fin mis soplidos han avistado su objetivo.
Al final 2h34min y unos pocos segundos para Noé, y unos cuantos segundos más para mí...pero sobre todo, la sensación del disfrute, aunque sea soplándole al viento o a la nuca de un SinRumbo...
Media Maratón de Montaña
Desnivel positivo: 1400 metros
Integrantes SinRumbo: Noé y Rober
--------------
Nuevo madrugón dominguero. A las 6am pongo rumbo a Nocito desde Zaragoza; tengo 2 horitas de trayecto que aprovecho para probar si mi poder mental es capaz de atormentar el sueño de Noé, que debe descansar plácidamente en Nocito al haber llegado la noche anterior. No es envidia, simplemente igualar fuerzas porque todos los informes que me llegan hablan del buen estado de forma del "Potrillo de La Puebla". La semana ha sido intensa, sobre todo por la labor siempre oscura del Capi, hábil como nadie en hacer crecer rivalidades y avivar viejas rencillas y "robertadas"...
Llego con tiempo de sobra para estirar las piernas y reunirme con Noé y la panda de cracks de Sendero Límite, fuertes como toros. Tenemos la salida a las 9.30am y una hora antes ya hay un ambiente cojonudo de carrera, acompañando incluso el día porque parece que el calor puede dar un poco de tregua, que bastante ya tenemos con el desnivel a salvar hasta alcanzar la cima del Tozal.
Fiel a mi estilo, apenas he mirado datos de la carrera, ni perfiles ni detalles del recorrido. Tampoco hace falta haber estudiado en Salamanca para alzar la vista y ver el Tozal de Guara, imponente y dominador del paisaje. La cosa queda clara, hay que subir hasta ahí arriba para volver a bajar a Nocito. Lo demás es poesía y florituras...
Mientras calentamos, Noé me da algún consejo acerca del recorrido, ya que en su caso es repetidor de la carrera. Mientras le escucho atentamente, me asalta la imagen del Capi susurrándome: "Cuidado con Noé, no te fies que está muy fuerte...". Acaso estos consejos pueden ir cargados de veneno??? En el seno de los SinRumbo, uno ya no sabe...jejeje (muchas gracias Noé por esos consejos hostias!!)
Línea de salida; quedan escasos segundos y Noé aprovecha para adelantar posiciones y situarse en la cabeza de salida. Yo le vigilo unos metros por detrás, consciente de mi salida diesel y de la necesidad de darle tiempo a las piernas de coger ritmo. Para eso dispongo de cerca de 4 km de terreno más o menos llano, distancia suficiente para perder de vista a Noé...ha salido disparado!!
El recorrido es alucinante, disfrutando de unos cuantos pasos de agua en arroyos y barranqueras donde se aprecia las 2 corrientes de pensamiento que dominan estas pruebas: los analíticos que buscan el paso franco manteniendo a salvo del agua calcetines y zapatillas. En la otra punta, los destalentados que directamente pasan, y si el arroyo tiene 1 metro de profundidad pues ya se verá que pasa. En mi caso, para no crear enemistades, pruebo de las dos maneras...
El collado de Petreñales marca mi punto de referencia, pues desde aquí hasta la cima tengo en la mente el recorrido en el ascenso que hicimos Capi y yo el año pasado desde Vadiello (pedazo actividad maestro!!). El tramo de subida sigue un precioso sendero, con repechos intensos y algunos tramos que permiten coger algo de aire e incluso acelerar el ritmo. Durante las primeras rampas, aprovecho para probar las piernas e intento no dejar de trotar, aunque en algunos momentos la diferencia con caminar puede no sea perceptible, pero quiero pensar que infundo respeto en los corredores que tengo a la vista!!
Esto de correr es un ejercicio muy interesante de soledad e introspección. Yo aprovecho estos km de subida para pensar en infinidad de cosas, y una de ellas es una reflexión acerca de mi sistema de valoración de corredores según su respiración. En varias ocasiones noto el aliento en el cogote de algún corredor, y según percibo su respiración, valoro su estado de energía y mi comportamiento frente al hostigamiento. La exigencia del recorrido por lo general se traduce en corredores jadeando de manera intensa, lo que me hace pensar que el nivel de energías va justo, y lo comparo con mi respiración para tener una referencia y motivarme en el caso note mi cuerpo más calmado...entonces aprieto un puntito!!! Y si he acertado, noto el aliento del corredor perseguidor más lejano y agónico, hasta que al rato un nuevo corredor se aproxima y vuelvo a jerarquizar su estado de piernas en función de lo intenso que me sopla la nuca...con este método, os aseguro que temo el corredor que se acerca sigiloso, apenas anunciado por el retumbar de sus zancadas...
Los avituallamientos se ajustan como anillo al dedo a mis necesidades, y casi aparecen por arte de magia cuando noto aumentar la sensación de sed o simplemento agradezco una acción que rompa la rutina de la carrera por unos segundos, o me sirva como un nuevo punto de referencia en el que distraer mi mente. Y a todo esto, Noé sin aparecer en mi campo visual...
Tras el collado, hay un tramo de bajada y llaneo que permite recuperar aliento y cambiar el ritmo de zancada para soltar un poco las piernas, aunque ya se que todavía queda el ataque a la cima y la última rampa de subida...3 km adicionales de subida donde no me queda otra que dejar de trotar e intento andar a buen ritmo. Tengo un grupete de corredores a la vista, y lejos de intentar alcanzarles, los cojo como referencia para intentar mantener un ritmo constante. Esta aventura no acaba en la cima del Tozal, después vienen 11 km de descenso que van a poner a prueba las piernas y las fuerzas. Llegando a la cima, no dejo de echar vistazos fugaces a las vistas, espectaculares. Un par de montañeros nos jalean y de algún modo se compadecen de nuestro sufrimiento, porque ya debemos llevar cara de auténtico cansancio. Pero por lo menos a mí, la llegada a cima me repone las energías e incluso me echo un bailecito al son de unos paisanos con un megáfono que están animando nuestra llegada. Plátano, aquarius, plátano y agua...y todo esto sin dejar de correr, dejando que la gravedad tire de las piernas mientras comienzo el descenso. Coincido con otro corredor en el primer tramo; le veo con un buen ritmo e intento no perderle mientras vamos ganando velocidad. Enseguida dejamos la loma cimera y enganchamos un sendero pedregoso donde me encuentro cada vez más cómodo. Noto las piernas ágiles y por momentos me freno a mí mismo y pienso en los km que aún quedan y el desgaste de la bajada...pero de repente abandono el conservadurismo y me veo corriendo a saltos cuesta abajo, dejando atrás al otro corredor y gozando como un enano del descenso. Tengo la cabeza ocupada en calcular el siguiente apoyo de mis pies e intuir el trazado del sendero...me olvido de mis piernas y mis rodillas, y simplemente corro y salto...y Noé sigue desaparecido...
El cuerpo está funcionando como un reloj, y cuando uno tiene esa sensación, lo único que cabe hacer es disfrutar...pero hay que seguir tomando decisiones en décimas de segundos...donde pisar, confiar o no en esa piedra que hay delante, optar por saltar o retener un poco el ritmo...y en todo este proceso decido por primera vez atajar en una curva aprovechando una zona aparentemente franca campo a través...y de repente uno se olvida de los km que llevan las piernas encima, infravalorando el cansancio y la respuesta de las piernas a un simple resbalón. Noto un conato de tirón en el vasto interno, y me cago en todo por la idea feliz de abandonar el sendero. Pierdo los pensamientos en cualquier cosa que me aleje de la conciencia de mis piernas, y vuelvo a ganar ritmo, y vuelvo a saltar y cada vez me noto más rápido...
En el último avituallamiento me dicen que tengo por delante 3 km, y cuando empiezo a elogiar mentalmente el tiempazo que debe haber hecho Noé, adelanto a un amigo suyo que me dice que va un poco más adelantado, quizás demasiado para alcanzarle...Esta noticia es como cafeina para el cuerpo, sigo acelerando y por instantes pienso en que ahora soy yo el que por detrás intenta lanzar su aliento sobre el corredor adelantado. Quiero pensar que Noé ya nota mi aliento en su nuca, pero aún sigo sin verle, así que me conformo con correr y resoplar, correr y resoplar. Las energías aguantan genial en este último tramo, y la sensación que tengo es de ir a muy buen ritmo en busca de Noé...estoy seguro que ya nota mi aliento!! Y es entonces cuando alcanzo las primeras calles de Nocito y justo al fondo, al final de una calle empedrada, distingo la silueta de mi presa, y un poco más allá, el punto de meta de la carrera. Sonrio, y no dejo de correr porque por fin mis soplidos han avistado su objetivo.
Al final 2h34min y unos pocos segundos para Noé, y unos cuantos segundos más para mí...pero sobre todo, la sensación del disfrute, aunque sea soplándole al viento o a la nuca de un SinRumbo...
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