5ª Carrera de Montaña "Tozal de Guara" - 10 junio 2012
Media Maratón de Montaña
Desnivel positivo: 1400 metros
Integrantes SinRumbo: Noé y Rober
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Nuevo
madrugón dominguero. A las 6am pongo rumbo a Nocito desde Zaragoza;
tengo 2 horitas de trayecto que aprovecho para probar si mi poder mental
es capaz de atormentar el sueño de Noé, que debe descansar plácidamente
en Nocito al haber llegado la noche anterior. No es envidia,
simplemente igualar fuerzas porque todos los informes que me llegan
hablan del buen estado de forma del "Potrillo de La Puebla". La semana
ha sido intensa, sobre todo por la labor siempre oscura del Capi, hábil
como nadie en hacer crecer rivalidades y avivar viejas rencillas y
"robertadas"...
Llego con tiempo de sobra para estirar las piernas y reunirme con
Noé y la panda de cracks de Sendero Límite, fuertes como toros. Tenemos
la salida a las 9.30am y una hora antes ya hay un ambiente cojonudo de
carrera, acompañando incluso el día porque parece que el calor puede dar
un poco de tregua, que bastante ya tenemos con el desnivel a salvar
hasta alcanzar la cima del Tozal.
Fiel a mi estilo, apenas he mirado datos de la carrera, ni perfiles
ni detalles del recorrido. Tampoco hace falta haber estudiado en
Salamanca para alzar la vista y ver el Tozal de Guara, imponente y
dominador del paisaje. La cosa queda clara, hay que subir hasta ahí
arriba para volver a bajar a Nocito. Lo demás es poesía y florituras...
Mientras calentamos, Noé me da algún consejo acerca del recorrido,
ya que en su caso es repetidor de la carrera. Mientras le escucho
atentamente, me asalta la imagen del Capi susurrándome: "Cuidado con
Noé, no te fies que está muy fuerte...". Acaso estos consejos pueden ir
cargados de veneno??? En el seno de los SinRumbo, uno ya no
sabe...jejeje (muchas gracias Noé por esos consejos hostias!!)
Línea de salida; quedan escasos segundos y Noé aprovecha para
adelantar posiciones y situarse en la cabeza de salida. Yo le vigilo
unos metros por detrás, consciente de mi salida diesel y de la necesidad
de darle tiempo a las piernas de coger ritmo. Para eso dispongo de
cerca de 4 km de terreno más o menos llano, distancia suficiente para
perder de vista a Noé...ha salido disparado!!
El recorrido es alucinante, disfrutando de unos cuantos pasos de
agua en arroyos y barranqueras donde se aprecia las 2 corrientes de
pensamiento que dominan estas pruebas: los analíticos que buscan el paso
franco manteniendo a salvo del agua calcetines y zapatillas. En la otra
punta, los destalentados que directamente pasan, y si el arroyo tiene 1
metro de profundidad pues ya se verá que pasa. En mi caso, para no
crear enemistades, pruebo de las dos maneras...
El collado de Petreñales marca mi punto de referencia, pues desde
aquí hasta la cima tengo en la mente el recorrido en el ascenso que
hicimos Capi y yo el año pasado desde Vadiello (pedazo actividad
maestro!!). El tramo de subida sigue un precioso sendero, con repechos
intensos y algunos tramos que permiten coger algo de aire e incluso
acelerar el ritmo. Durante las primeras rampas, aprovecho para probar
las piernas e intento no dejar de trotar, aunque en algunos momentos la
diferencia con caminar puede no sea perceptible, pero quiero pensar que
infundo respeto en los corredores que tengo a la vista!!
Esto de correr es un ejercicio muy interesante de soledad e
introspección. Yo aprovecho estos km de subida para pensar en infinidad
de cosas, y una de ellas es una reflexión acerca de mi sistema de
valoración de corredores según su respiración. En varias ocasiones noto
el aliento en el cogote de algún corredor, y según percibo su
respiración, valoro su estado de energía y mi comportamiento frente al
hostigamiento. La exigencia del recorrido por lo general se traduce en
corredores jadeando de manera intensa, lo que me hace pensar que el
nivel de energías va justo, y lo comparo con mi respiración para tener
una referencia y motivarme en el caso note mi cuerpo más
calmado...entonces aprieto un puntito!!! Y si he acertado, noto el
aliento del corredor perseguidor más lejano y agónico, hasta que al rato
un nuevo corredor se aproxima y vuelvo a jerarquizar su estado de
piernas en función de lo intenso que me sopla la nuca...con este método,
os aseguro que temo el corredor que se acerca sigiloso, apenas
anunciado por el retumbar de sus zancadas...
Los avituallamientos se ajustan como anillo al dedo a mis
necesidades, y casi aparecen por arte de magia cuando noto aumentar la
sensación de sed o simplemento agradezco una acción que rompa la rutina
de la carrera por unos segundos, o me sirva como un nuevo punto de
referencia en el que distraer mi mente. Y a todo esto, Noé sin aparecer
en mi campo visual...
Tras el collado, hay un tramo de bajada y llaneo que permite
recuperar aliento y cambiar el ritmo de zancada para soltar un poco las
piernas, aunque ya se que todavía queda el ataque a la cima y la última
rampa de subida...3 km adicionales de subida donde no me queda otra que
dejar de trotar e intento andar a buen ritmo. Tengo un grupete de
corredores a la vista, y lejos de intentar alcanzarles, los cojo como
referencia para intentar mantener un ritmo constante. Esta aventura no
acaba en la cima del Tozal, después vienen 11 km de descenso que van a
poner a prueba las piernas y las fuerzas. Llegando a la cima, no dejo de
echar vistazos fugaces a las vistas, espectaculares. Un par de
montañeros nos jalean y de algún modo se compadecen de nuestro
sufrimiento, porque ya debemos llevar cara de auténtico cansancio. Pero
por lo menos a mí, la llegada a cima me repone las energías e incluso me
echo un bailecito al son de unos paisanos con un megáfono que están
animando nuestra llegada. Plátano, aquarius, plátano y agua...y todo
esto sin dejar de correr, dejando que la gravedad tire de las piernas
mientras comienzo el descenso. Coincido con otro corredor en el primer
tramo; le veo con un buen ritmo e intento no perderle mientras vamos
ganando velocidad. Enseguida dejamos la loma cimera y enganchamos un
sendero pedregoso donde me encuentro cada vez más cómodo. Noto las
piernas ágiles y por momentos me freno a mí mismo y pienso en los km que
aún quedan y el desgaste de la bajada...pero de repente abandono el
conservadurismo y me veo corriendo a saltos cuesta abajo, dejando atrás
al otro corredor y gozando como un enano del descenso. Tengo la cabeza
ocupada en calcular el siguiente apoyo de mis pies e intuir el trazado
del sendero...me olvido de mis piernas y mis rodillas, y simplemente
corro y salto...y Noé sigue desaparecido...
El cuerpo está funcionando como un reloj, y cuando uno tiene esa
sensación, lo único que cabe hacer es disfrutar...pero hay que seguir
tomando decisiones en décimas de segundos...donde pisar, confiar o no en
esa piedra que hay delante, optar por saltar o retener un poco el
ritmo...y en todo este proceso decido por primera vez atajar en una
curva aprovechando una zona aparentemente franca campo a través...y de
repente uno se olvida de los km que llevan las piernas encima,
infravalorando el cansancio y la respuesta de las piernas a un simple
resbalón. Noto un conato de tirón en el vasto interno, y me cago en todo
por la idea feliz de abandonar el sendero. Pierdo los pensamientos en
cualquier cosa que me aleje de la conciencia de mis piernas, y vuelvo a
ganar ritmo, y vuelvo a saltar y cada vez me noto más rápido...
En el último avituallamiento me dicen que tengo por delante 3 km, y
cuando empiezo a elogiar mentalmente el tiempazo que debe haber hecho
Noé, adelanto a un amigo suyo que me dice que va un poco más adelantado,
quizás demasiado para alcanzarle...Esta noticia es como cafeina para el
cuerpo, sigo acelerando y por instantes pienso en que ahora soy yo el
que por detrás intenta lanzar su aliento sobre el corredor adelantado.
Quiero pensar que Noé ya nota mi aliento en su nuca, pero aún sigo sin
verle, así que me conformo con correr y resoplar, correr y resoplar. Las
energías aguantan genial en este último tramo, y la sensación que tengo
es de ir a muy buen ritmo en busca de Noé...estoy seguro que ya nota mi
aliento!! Y es entonces cuando alcanzo las primeras calles de Nocito y
justo al fondo, al final de una calle empedrada, distingo la silueta de
mi presa, y un poco más allá, el punto de meta de la carrera. Sonrio, y
no dejo de correr porque por fin mis soplidos han avistado su objetivo.
Al final 2h34min y unos pocos segundos para Noé, y unos cuantos
segundos más para mí...pero sobre todo, la sensación del disfrute,
aunque sea soplándole al viento o a la nuca de un SinRumbo...
Noé es un tendencias...los pantalones de homogay causan furor!!!!
ResponderEliminarBuena crónica Rober!! Jjeje!!
ResponderEliminarNuestro ritmo ha sido igual, yo te he sacado un minuto en el primer sector, y tu lo has recuperado en el último. Ya veo que nunca te rindes...
Enhorabuena por el carrerón!! 2h34 es muy buen timempo!! Si hubiera durado 100m mas...pero nó!! jeje!! la meta justo en su lugar!! jeje!! otra vez será!! jeje!! lo justo pa meterte!! jeje!!
La próxima vez las apuestas estarán mas dicvididas...
Estoy entrenando con un tal Fernando Alonso el tema de las salidas...cuidadín!!! Enhorabuena Roche Jr. pero no te confies...la próxima vez tendrás que buscarme tú la nuca!!!
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