martes, 27 de diciembre de 2016

Niebla en el valle, motañero en la calle (por Jacobo)

Lecherines nos espera


Intentando escapar de las duras y eternas nieblas del valle del Ebro, Juaneras y yo nos montamos una salidita entre semana... de esas que siempre cunden.
Como buen anticiclón, las nieblas y heladoras temperaturas en los valles se acomplañan de espectaculares días mas allá de los 500m e altitud.  Estamos en la segunda parte del puente de la Inmaculada, y con miedo de encontrar zonas mas cercanas a pistas muy abarrotadas, decidimos volver al impresionante valle de Aisa.
La media hora extra de curvas se ve generosamente compensada por la belleza de un valle presidido por el imponente Aspe. Nosotros elegimos el Pico Lecherines, por el simple hecho de movernos por su, teoricamente, asequible corredor final.

Podemos dejar la furgo sin problemas en la barrera que corta el acceso al parque natural de los valles occidentales. Apenas hay nieve hasta unos 2000m. Vamos... el embudo del Aspe empieza a no tener ya nada...
Ascenso por pista cómoda hacia el Aspe y en unos 25 min nos desviamos por la GR11 hacia Canfranc. Tras perder un mínimo de altura, ya con restos abundantes de las nevadas pasadas, ascendemos por la via invernal... osea, recto para arriba.
Durante un par de horas en total, aproximadamente, vamos ascendiendo comodamente. Hay que flanquear un par de palas sin dificultad alguna, escasa exposición y llegamos hasta una pala final algo mas cargada de nieve, ya algo insolada, pero muy estable.
Ya en el collado nos ponemos los crampones por primera vez en la ruta. Salvamos una parte inicial con abundante piedra y nieve, y ya metidos en el corredor, nos percatamos de que las condiciones no son las ideales. La escasa nieve acumulada hace que la sensacion de verticalidad sea mayor y además la escasa capa de cubre el corredor está muy muy helada. A unos 30-40 metros de la cima, con pena pero sin ganas de correr riesgos innecesarios, asumimos que equipados para senderismo invernal no podemos seguir. El asequible corredor final, al menos cuando está en buenas condiciones, es ahora un muro de hielo en el que apenas entran unos milimetros de la punta de los crampones... Como dide Juaneras... "Los corredores son para otra época, ya lo pone en los libros".
Ya habrá otra ocasión.
Vuelta a la furgo deshaciendo el camino y emborrachándonos del sol que escasea por casa.

Collarada y valle de Aragón desde el collado



Justo antes de empezar el corredor, la sensacion de verticalidad es importante... ambiente alpino que le dicen

Corredor final. Por aquí, en mejores momentos,  pueden bajar esquiando...
Duro duro...para pocas bromas

Esta cara se me queda cuando los testiculos me oprimen la garganta


Por allí asoma el Moncayo entre un mar de nubes

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