Aprovechando que daban una previsión inmejorable para el sábado, preparamos todo el material dispuestos a estrenar la temporada en uno de los paraísos del esquí alpino y de travesía, Tignes. Un lugar en el que, año tras año, los mejores especialistas de la disciplina vienen a preparar la temporada.
Tras 2 h de viaje y 2.150.800 rotondas, llegamos a Tignes. Como solo está abierta y pisada la zona del glaciar, decidimos subir hacia la Auguille de Preceé que se mantenía virgen. El ambiente es de montaña, el sol espectacular y la nieve parece que promete diversión a la bajada. Después de unas fotos en la mítica y preciosa escultura de roca de la Auguille de Percée, comenzamos la bajada.
No tardamos mucho en comprobar, que la nieve polvo que nos encontramos en la subida se había transformado en nieve pesada primavera pesada. A pesar de ello, se disfrutó de la bajada.
jodo... cuanto sufres...
ResponderEliminarAlpes soñados....
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