Esta vez los sin rumbo nos dividimos en 3 equipos. Yo me agenvcio un nuevo compañero: Fernando, uno den esos machacas del mundo de la bicicleta que desde hace un tiempo tambioén le ha cogido gusto a esto de correr por montaña. El único handicap es que nunca ha participado en carreras de orientación ni ha hecho escalada o disciplinas técnicas. Como este raid es sobre todo de BTT y las pruebas técnicas son minoritarias decidimos acudir como elite
La salida es espectacular, enfilando a toda velocidad el Circo de Verano en Riglos para intenar apurar el Rogaine a las 2 horas de límite. Recorrido intersante, bonito y con más de una baliza complicada (imposible encontrar el acceso a la baliza del pasamanos..., lástima de 4 puntos). Llegamos con el tiempo justo para la transición a la bicicleta. Aquí me toca sufrir. Fernando está infinitamente más fuerte así que yo me encargo de la orientación y el me hace de libre. Nos ayuda el hecho de que los dos solemos rodar con nuestra BTT por estos territorios así que en seguida identificamos pistas y sendas y elaboramos una buena estrategia.
Llegamos a Loarre (¡lo cual es mucho decir!) y allí me toca a mi hacer el rápel. Curioso eso de descolgarte con los muros de Loarre de fondo (lástima que no hubioera ningún fotógrafo). La vuelta a Riglos la hacemos al tran-tran, rebañando un par de balizas más y por terreno conocido.
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