miércoles, 12 de diciembre de 2012
"Asuntos pendientes"
SkyGames Ribagorza Románica (Parte II)
Maratón de montaña
8 julio 2012
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Integrantes SinRumbo: Hermanos Roche (Capi, Noé), Rober
Hoy casi he tenido que echar mano de la medalla de finisher de la maratón de los SkyGames para traer a la memoria unos mínimos datos que me permitiesen cumplir mi promesa de no dejar esta actividad tan especial para los Sin Rumbo sin su entrada en el blog. Y es que se merece un lugar de honor en el calendario de actividades de este año 2012, porque al menos para el que se escribe supuso el primer cara a cara con una carrera oficial en la modalidad de distancia reina.
El día 7 de julio aparcábamos la furgo de Capi Roche en la zona de aparcamiento habilitada en el pueblo de Vilaller. Como de costumbre, con el tiempo justo para preparar el lecho y cumplir con la ceremonia de la cena en modalidad "tuperware". Antes de dormir, una cerveza por lo que pudiese venir mañana, y apoyo moral a Noé que pasadas las 10 de la noche no pudo ponerse en marcha desde Zaragoza.
El día 8 de julio amanece despejado; parece que no vamos a tener que unir a nuestras preocupaciones la siempre temida lluvia. Desayuno temprano, ritual del esparadrapo, meadica del miedo y ya estamos en la línea de salida. La carrera comienza con una vuelta de honor al pueblo de Vilaller, para en breves minutos comenzar con una trotada en terreno llano de unos 2 km hasta iniciar la primera subida al Col de Salinas. Aquí ya vamos a bajar el desayuno, con un desnivel + de cerca de 1200 metros y alcanzar el km 12 de carrera. La subida discurre por una zona de bosque, con un sendero bien marcado pero con bastante piedra y tramos empinados donde las piernas van cogiendo temperatura. Aquí ya comienzan las hostilidades con Noé a la cabeza, poniendo un velocidad de crucero de 18 m/min de ascenso vertical. Las piernas responden bien, e intento quitarme de la cabeza lo que aún queda por venir. La consigna del Capi es clara: "Tú a saco, sin pinchas has pinchado, pero nada de llegar a meta con fuerzas para un último sprint..."
En el collado encontramos el primer avituallamiento, y los primeros ánimos de los voluntarios y senderistas que a partir de ahora irán creciendo en número. Alcanzo con Noé este punto, y ahora toca disfrutar de unos 4 km de recorrido en franca bajada hasta alcanzar la base del embalse de Llauset, donde tenemos la segunda subida del día. Me encuentro cómodo durante la bajada y casi sin darme cuenta me distancio de Noé, aunque no por mucho tiempo porque nos volvemos a reagrupar para encarar la subida al embalse. Son cerca de 400 m de desnivel + por un sendero estrecho, con zonas de terreno descompuesto y piedra suelta, y con una fuerte pendiente mantenida que pone a prueba como el cuerpo ha asimilado la anterior subida. Aquí Noé sigue intratable, manteniendo un ritmo de ascenso cercano a los 20 m/min en algunos tramos. Mientras intento no descolgarme, soy consciente que el ritmo que estamos manteniendo está en el límite superior de las previsiones más optimistas, y me debato entre no pensar o apostar por un poco más de conservadurismo. El darle vueltas a la cabeza me mantiene entretenido y para cuando los gritos de ánimo de la gente me devuelven a la realidad, ya casi veo el embalse y el tercer punto de avituallamiento. A partir de aquí, los SinRumbo ya quedamos totalmente desmembrados porque Noé lleva un rato con molestias en la rodilla y decide bajar la marcha.
Para el galgo de los Roche, el resto de carrera se convertirá en un martirio, abandonando finalmente después de disfrutar de un magnífico corte de digestión en plena montaña.
Yo sigo avanzando en dirección al Coll de Llauset, en parte motivado al 150% al ver que he conseguido aguantar el ritmo de Noé, pero preocupado porque mi estrategia conservadora hace rato yace en el fondo del embalse de Llauset, solo confío en que las fuerzas aguanten. La subidita al coll pica de lo lindo, y encima el terreno está bastante descompuesto y erosionado. Coincido con varios corredores y, cosas de la vida, parece que el vernos mutuamente jodidos nos da un cierto alivio. Los ánimos de los voluntarios y algún que otro montañero en el collado hace que no me pare a pensar en lo calentitos que van los cuadriceps. A estas alturas, la cima del Llauset no me la quita nadie, y solo espero que los Roche hagan lo mismo.
Ya he pasado el ecuador de la carrera y quiero pensar que ya todo es cuesta abajo, aunque todavía quedan unos cuantos repechos para deleite del respetable. Mientras tanto, travesía cimera buscando el Coll de Salines y la vuelta a Vilaller. Sucesión de bajadas técnicas con mucho pedregal y zonas de pradera traicionera frita a socavones. Intento mantener la filosofía de cuanto más rápido antes se pasa el trago, pero varios resbalones me hacen tomar algunas precauciones de más y, llegado el momento, comienzo a ver el éxito de la meta y no quiero cagarla innecesariamente. Desde el Coll de Salines, volvemos a retomar el sendero de subida del inicio de la carrera. En modalidad de piloto automático, ya paso de los avituallamientos restantes, tengo el botellín de agua a mitad de capacidad y las piernas siguen respondiendo. El descenso final es bastante trialero, y para ir a buen ritmo exige de una cierta dosis de agilidad para ir adaptando continuamente la zancada a la presencia de raíces, bloques de piedra y cambios de pendiente. Llegados a este punto, intento mantener la concentración al máximo y la verdad es que disfruto más de lo esperado de este tramo final.
Vilaller solo queda a unos 2 km de distancia, y en terreno llano...este es el tramo de toda carrera que uno se saltaría, porque tras concluir el descenso, la cabeza y las piernas ya están listas para cruzar la meta, sin más preámbulos. Pero todavía hay que trotar unos minutos, suficientes para demostrarme que aún con todas mis dudas, todavía queda gasolina para hacer a ritmo un último kilómetro que me hace sentir muy contento y muy vivo. Tan solo han sido 6h30min de mi vida, pero quien haya disfrutado de una maratón, sabe que se aglutinan muchas sensaciones, tantas que a veces le hacen a uno pensar si de verdad ha pasado tan poco tiempo...
Espero la llegada del Capi Roche y juntos indagamos para averiguar el paradero de Noé y sus tripas, que por suerte aparecen al rato por Vilaller, después de un suicida descenso en todo terreno.
Este último punto y aparte cierra mi saldo de asuntos pendientes Sin Rumbo 2012, y mientras miro fijamente al INTRO del ordenador para dar por concluida esta crónica, tres consonantes me asaltan los pensamientos y casi guian mis dedos a través del teclado. Yo no quiero pulsar las teclas, pero casi que se presionan solas para dejar como firma de este relato tres simples letras:
GRP
¿Garbanzos Rehogados con Pochas?
¿Guara Running Power?
¿Galo Resiste Pelotudo?
Algún significado tiene que tener...y la respuesta seguro nos espera en la montaña, junto a las cabras!!!! A por el 2013!!!!
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GRP??? eres el puto amo...
ResponderEliminarUfff!
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