Siempre he intentado ser bastante autodidacta, para qué negarlo, y esto del enduro tampoco fue una excepción. Y así me luce el pelo.
Después de varias caídas y de no saber ni hacia qué lado mover el culo cuando tengo que superar un escalón o una curva cerrada, decidí que por una vez me apuntaría a algún curso que me diera las nociones básicas para sufrir menos en las salidas.
Así que, aconsejado por Martín, me inscribí a los cursos de formación que este año ofrecía Zona Zero, que además de estar bastante ajustados de precio, te ofrecen la posibilidad de realizar los 4 fines de semana de los que consta el curso completo o algún fin de semana suelto.
Desde que llegué el sábado al punto de encuentro comprobé el éxito de esta iniciativa; grupos de perfeccionamiento, de iniciación de adultos, de chavales y chavalas de apenas 12 años, de chicas, etc. Todo el párking lleno a rebosar y los padres de Zona Zero (Ángel, Rafa) organizando el cotarro.
Mi grupo incluía gente desde 16 a los 50 años, con niveles muy similares. En seguida comprobé que el éxito no se debía sólo a los participantes locales; había gente de Pamplona, Huesca, Zaragoza y País Vasco.De monitor nos asignaron a Edu Matamoros, un madrileño afincado desde hace años en el valle de Benasque y que entre otras cosas se dedica a desarrollar BTT Puro Pirineo (http://www.bttpuropirineo.com /), uno de los nuevos centros de bici de montaña vecinos a Zona Zero, que junto al de la Sierra de Guara (http://bguara.com/) o el del Valle de Tena (http://www.bttpirineosaltogal lego.com/) han convertido a la provincia de Huesca en un paraíso para pedalear.
En seguida conectamos todos con él, por su claridad y sencillez al explicarnos las diferentes técnicas, pero sobre todo porque transmitía una pasión por la bici y por la montaña que era imposible que no se te contagiara, huyendo además de esnobismos respecto al material o la terminología del enduro, rally o DH... . Para él la bici siempre ha sido lo mismo: "esto se trata de subir y luego bajar, si se puede montado y si no a pie... ¡como ha sido toda la vida!". Luego que cada uno le ponga las etiquetas y se compre las máquinas que quiera.
El resultado fue un gran fin de semana por el entorno de Aínsa, practicando, aprendiendo y rodando por las margas de los Badlands o las trochas de Guaso . Risas no faltaron, sudores tampoco, y todo ello con un grupo en el que el único objetivo era ser un poquito menos torpes que hasta ahora y disfrutar de la bici. ¡Un placer, chavales!.
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