Mañana de sábado, con sol en este otoño eterno y sin viento. Diego y yo, de nuevo.
Esta vez nos vamos a Monegros, una de nuestras zonas preferidas por
la infinidad de pistas que se pueden encontrar. La idea es hacer una
ruta de menos de 3 horas, para llegar con tiempo de sobra a casa antes
de la comida, que los compromisos familiares no perdonan.
Santuario de nuestra señora de Magallon |
Buceando en wikiloc encontramos una ruta que pinta bien gentileza
de una tal Dani Mur. Saliendo de Perdiguera nos lleva primero hacia el
noreste, al Santuario de Nuestra Señora de Magallón, un curioso sitio en
lo alto de una colina al lado de Leciñena y desde el que salen varias
rutas a pie. Además descubrimos que tiene habitaciones, restaurante e
incluso sala de celebraciones.
Pues eso, bajada desde Perdiguera para subir por una pista
asfaltada al citado santuario. Desde allí y tras las fotos de rigor,
bajamos por una senda trialera de 100 metros escasos hacia las pistas
infinitas de esta tierra, para dirigirnos ahora hacia el sur, a atacar a
nuestro querido Monte Oscuro una vez más.
El camino por pista se hace muy ameno, recorriendo los típicos
paisajes de monte mediterráneo con romero y pino. Las pistas están
perfectas, lo suficientemente húmedas para no levantar polvo y lo
suficientemente secas para que no se forme barro.
Tras subir al Monte Oscuro y empacharnos de paisaje, nos embarcamos
en otro de los nuevos alicientes del día; explorar la senda de bajada
desde el radar. El excelente track nos lleva hacia el inicio de la
bajada, trialera de nivel medio-alto en su primer tramo, o lo que es lo
mismo, a patita por si las moscas.
La segunda parte, en cambio, es muy espectacular, con tramos
fáciles y rápidos, alguna curva cerrada e incluso zonas de sube-baja.
Sin embargo, y esto es común en toda la senda, la vegetación se come el
camino y en muchos sitios el peligro está a media altura y no en el
suelo, por no hablar de muchos troncos caídos que obstaculizan el
camino. ¡Qué maravillas harían aquí los de ZonaZero con su tronzadora!.
Aún así, la sensación de ir con la bici por el corazón del pinar merece
la pena.
La senda nos deja por fin en la pista de siempre, que esta vez
cogemos en sentido Perdiguera, a donde llegamos más que satisfechos y
pensando en alargar la circular con San Caprasio en el menú.
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