Retrocedemos al mes de octubre para revivir esta vuelta a los mallos grandes de Riglos. Se trata de una excursión circular en la que se vence un desnivel moderado pero incómodo, ya que el ascenso lo haremos por un camino con bastante piedra suelta y que a alguno se le puede atragantar, sobre todo en los meses de verano con el sol castigando desde el cielo. Aún así, el premio de llegar al mirador del Espinable (o Ventuso) compensa con creces los esfuerzos anteriores, y es que disfrutaremos de unas maravillosas vistas del Pirineo, la Hoya de Huesca, Peña Rueba.... Aún así, lo que de verdad robará toda nuestra atención será la perspectiva que desde aquí se tiene de los espectaculares mallos, casi comparable a la de los buitres que veremos volar a nuestro alrededor.
Tras un merecido descanso iniciaremos el descenso hacia el Circo de Verano por un bonito sendero entre los mallos del Fire y el Pisón, que nos dejará a los pies del Puro y muy cerca ya del pueblo. A estas alturas sólo nos quedará un problema más; elegir el bar en el que tomar una cerveza y un buen bocata.
Duración: 2,5 horas con niños, sin contar paradas.
Desnivel acumulado positivo: 400 metros.
Vegetación: Monte bajo con aliagas, carrasca, sabinas...
Dificultad física: Media.
Dificultad técnica: Buen calzado, el terreno es pedregoso y puede ser resbaladizo.
Recomendaciones: Llevar agua y gorra en los meses de verano, apenas hay sombras. Mejor hacerla en primavera, otoño e incluso invierno.
Edad recomendada: Niños a partir de 5 años con ganas de caminar. No apta para carritos.
Peligros: Precaución al pasar por la base de las vías de escalada, pueden caer piedras. Cuidado al acercarse a los cortados, una caída cerca del borde puede ser fatal.
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