lunes, 4 de noviembre de 2019

CRÓNICA DEL II RAID DEL SOBRARBE (20-21 Septiembre 2019)


Casi un año después, los chicos de Peña Guara y Wakhan Raiders nos traen una nueva  edición del Raid del Sobrarbe, este año además como Campeonato de España de Raids de Aventura (CERA).
Un año en el que nos han pasado muchas cosas… y no todas buenas. La lesión cervical de Martín le obligó a pasar por el quirófano y le tuvo en el dique seco durante muchos meses. Pero como al final la cabra siempre tira al monte, con mucha paciencia y fuerza de voluntad nuestro ciclista de referencia se las arregló para estar listo y no faltar a esta cita tan especial con el resto del equipo.
A pesar de todo, de nuevo este año volvimos a tener problemas para confeccionar los equipos. Por suerte nuestro querido Galo surgió inesperadamente del escondite donde se había metido para completar a última hora la tripleta de los Sin Rumbo Raid. Por otro lado, los Sin Rumbo Chinchecle repetían su “menage a trois” con Adrián, Noé y Rober, decididos a mejorar sus prestaciones y sobre todo a no repetir la embarcada nocturna del año pasado.

Viernes 20 de septiembre:
La tradicional reunión informativa del viernes nos pone los pelos de punta; las predicciones meteorológicas son casi apocalípticas y se prevén cambios de recorrido en varios sectores. Aún así las cabezas de los corredores echan humo pensando en cómo realizar los relevos y qué estrategia seguir. Nosotros teníamos claro que este año no queríamos saltarnos ningún sector y que íbamos a intentar ir rápido y cumpliendo los horarios de la organización, aunque para ello tuviéramos que dejarnos alguna baliza por el camino.


Sábado 21 de septiembre
Sector 1: Orientación urbana por el casco antiguo de Aínsa.
¡Y llegó el día!; salida desde el castillo con un cielo nublado pero sin lluvia. Galo y yo hacemos en media hora este sector de 3 kilómetros, dejándonos una baliza por el camino pero sin perder más tiempo del necesario. Martín esperaba en el polideportivo con las bicis.



Sector 2: BTT desde Aínsa hasta Ceresa
25 kms y 800 metros de desnivel que Martín y Galo recorren sin problemas. Terreno accidentado en el que deben empujar la bici en algún que otro tramo. Mientras, Rober y yo ya nos habíamos instalado cómodamente en la transición de Ceresa y cogíamos fuerzas para lo que se nos venía encima.



Sector 3: Orientación a pie y pruebas de rápel y escalada.
Sector muy atractivo pues incluía la opción de separarse y repartir entre los dos corredores las balizas. Optamos por dejar que Galo demuestre sus dotes de hombre-araña haciendo la vía de mayor dificultad del sector de escalada (6a), mientras yo me dirigí hacia las complicadas margas que rodean Ceresa. Tras pelearme con todas las aliagas de la zona y desorientarme cincuenta veces sólo consigo picar tres tristes balizas. Probablemente este  sector fue el más técnico del raid en cuanto a orientación.



Sector 4: la Peña Montañesa
El tiempo parecía que aguantaba, así que la organización decidió, acertadamente, mantener el recorrido original. Tras dejar a Galo descansando por fin en la transición, Martín y yo nos embarcamos en el sector estrella del raid; un primer tramo de ascenso en BTT hasta La Collada para subir y bajar a la cima de la Peña Montañesa y seguir con un nuevo recorrido de BTT rodeando la Peña Solano hasta volver a Ceresa. Si seguíamos el recorrido propuesto por la organización salían sólo en este sector 36 kms con 2100 metros de desnivel.
Pero sabíamos que la lesión de Martín aún no le permitía aguantar mucho tiempo corriendo, por lo que decidimos adaptar el recorrido a nuestras limitaciones.  Así pues, tras subir a buen ritmo en bici a La Collada, optamos por atacar la cima de la Peña por la pedregosa cara norte, evitando el largo trote  hasta la Canal Mayor, por donde deberíamos haber subido si hubiésemos intentado coger el mayor número de balizas. 




La eterna pedriza que lleva a la cima de Peña Montañesa por esta vertiente no deja indiferente a nadie; es dura, empinada, incómoda… pero espectacular. Las vistas se van abriendo a medida que se asciende y se deja atrás el bosque, el canchal se va haciendo cada vez más vertical y nos acercamos a las preciosas paredes de caliza gris que van formando la silueta amurallada de la montaña, tan característica desde el valle alto del Cinca. Llegamos a la cima en pleno éxtasis, sólo por detrás del equipo mixto de Élite que al día siguiente se coronaría campeón de España. El resto de equipos vienen por la Canal Mayor pero desde la cima aún no se les ve.





Tras la fotos y vídeos de rigor con los esforzados voluntarios y rezando para que el día no se estropeara en el punto más crítico de la prueba iniciamos el descenso.... ¡y vaya descenso!. De repente se nos pasaron todos los males, desapareció todo el cansancio acumulado y la poca sensatez con la que habíamos empezado el día y nos lanzamos a tumba abierta por la pedriza, como si en vez de piedras fuera nieve lo que pisábamos y en vez de llevar zapatillas en los pies llevásemos esquís. Una sobredosis perfecta de adrenalina que nos llevó a La Collada en menos que canta un gallo.



Y aún así, ¡aún quedaba tela!. Tocaba volver a Ceresa con nuestras bicis, pero esta vez rodeando la Peña Solano por un precioso recorrido mitad senda y mitad pista, en medio de un bosque que empezaba a coquetear con el otoño.
Llegaríamos al pueblo ya de noche pero en el tiempo que nos habíamos propuesto. Podríamos abordar, este año si, todos los sectores. 
Mientras comemos y nos reponemos las últimas luces del atardecer nos enseñaban un cielo cada vez más amenazador. La noche no va a defraudar.

Sector 5. De Ceresa a Escalona
Un recuperado y motivado Galo se encargaría de llevar el peso de la orientación en este tramo nocturno a pie de unos 15 kms. Yo bastante tenía con aguantar un par de horas más de esfuerzo. Tras salir por un terreno de vertiginosas margas nos enfilamos poco a poco hacia Laspuña. En una decisión arriesgada optamos por realizar parte del recorrido por un cauce semiseco de un río. Aún no llovía y apenas bajaba agua, aunque no nos hubiera venido nada mal un machete para abrir la maleza en más que un estrechamiento. La luz de los frontales reflejada en las badinas era todo un espectáculo.
Laspuña nos recibe en fiestas, aunque sobra decir que a esas alturas no estábamos para charangas y seguimos carretera abajo hacia Escalona, donde Martín nos esperaba en la transición con las bicis de nuevo preparadas. Llegamos sobrados de tiempo, que se agradeció a la hora de hacer tranquilamente la prueba de tiro en el frontón del pueblo. De nuevo Galo nos demostró la habilidad innata que tiene para las pruebas técnicas y con un maravilloso dos de dos con la carabina nos evita la baliza de penalización y los agobios del año anterior en esta especialidad.

Sector 6: De Escalona a Aínsa en BTT
Martín y Galo debían de dar el do de pecho en el último sector del día; un recorrido de 25 kms y 600 metros positivos por los caminos de Muro de Bellós y San Vicente de Labuerda. Tras estar todo el día con la amenaza de la lluvia y no haber caído ni una sola gota ya casi nos habíamos olvidado de esta posibilidad,… hasta entonces. Pareciera que la tormenta se hubiera reservado para caer en el peor momento, con nocturnidad y alevosía, para que nadie se olvidara que al final la que manda es la naturaleza. Al principio fueron cuatro gotas, luego ocho, y finalmente un auténtico diluvio el que descargó encima de los corredores que enfrascados en un recorrido bastante técnico tenían que sacar lo mejor de sí mismos para llegar a Aínsa dentro el tiempo marcado por la organización.
Adrián y yo esperábamos en la carpa del castillo de Aínsa mientras veíamos compungidos como el suelo se iba encharcando y se formaban auténticas cortinas de agua en las aberturas de la lona. Afortunadamente a medida que se acercaba la hora del cierre empezaron a llegar los ciclistas; puntos de luz que entraban por la puerta norte del castillo de dos en dos, rebozados en barro y tiritando. Aparecieron Rober y Noé, con la bici de este último averiada y remolcada con dos cámaras a modo de eslinga por la de Rober. Y ya en la cuenta atrás vimos por fin a los Sin Rumbo Raid, vivitos y coleando tras dos horas de esfuerzo bajo la lluvia. ¡Son bravos estos culeados!.


Domingo 22 de octubre
Sector 7: Aínsa
Tras descansar como se pudo después de la aventura del sábado nos quedaban tres sectores más para rematar el Raid. Como suele ser habitual salimos con un corto sector de orientación por Aínsa, que nos llevó del castillo hasta el colegio del pueblo, donde esperaban de nuevo las bicis.

Sector 8: Por Guaso y la escollera del Ara en BTT
Aunque no llovía, el barro dificultó este sector que circulaba por la escollera del río Ara y subía al pueblo de Guaso. La bajada, como no podía ser de otra manera, incluía un espectacular sendero. En total 19 kms con 400 metros de desnivel positivo.

Sector 9: Monte de Partara
Está claro que el Raid quería despedirse a lo grande y el último sector no es ni mucho menos una bicoca. El recorrido nos subía hasta el fotogénico banco de Partara, venciendo otros 400 metros de desnivel positivo y con muchas balizas en juego, que obligaron a los equipos a echar el resto. De nuevo con Galo, apuramos hasta el final, llegando a meta con apenas unos segundos de margen.  



Y epílogo:
Hasta aquí el II Raid del Sobrarbe, un nuevo éxito de la organización y un reto superado para todos los que tuvimos la suerte de participar. No me cansaré de decir que esta modalidad deportiva aúna tantas variables que la hacen especialmente atractiva: forma física, trabajo en equipo, estrategia, orientación, resistencia física y mental… todas se combinan en su dosis justa para exigirnos el máximo y además pasarlo bien.


Las últimas líneas sólo pueden ser para  felicitar a los organizadores y a los voluntarios de los distintos clubs (CAS, Ibón, Peña Guara, Wakhan Raiders…) que un año más nos han brindado una prueba que no ha defraudado a nadie y en la que han tenido que hacer frente a una meteorología que ha ido cambiando cada hora. ¡Enhorabuena a todos!.




Fotos descargadas en su mayoría de la web del Raid (http://raidsobrarbe.com/) de Daniel Gallart, Sara Guérin y Miguel Escartín. ¡Gracias!

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