Otro aliciente de esta carrera es ver el paso por el muro probablemente más icónico de Flandes; el Kapelmuur. Una subida que hasta el 2010 era decisiva en el Tour de Flandes pero que la organización relegó a un papel secundario desde que cambió el trazado tradicional. Eso si, no pudo tener mejor despedida que el espectacular duelo que se vivió ese año entre Cancellara y Boonen, enfundados ambos en sus maillots de campeones nacionales.
Volviendo a la Omloop; la de este año tuvo un final algo atípico, ya que a diferencia de otras ediciones, llegó a la recta de meta un grupo muy numeroso, venciendo al sprint el italiano Davide Ballerini. Pero sin duda el gran protagonista fue el indomable Julian Alaphilippe, que atacó a 32 kms de meta y dio una de esas exhibiciones en las que regala vatios y espectáculo a partes iguales. Incluso una vez cazado aún tuvo fuerzas para tirar de su equipo en los últimos kilómetros y preparar el sprint a Ballerini. Y parece que este es solo el principio, pues el francés está tan concentrado este año en estas carreras que incluso se ha comprado una casa en Flandes para no tener que estar viajando y durmiendo en hoteles.
Por último, en esta carrera pudimos también ver en acción a la nueva promesa española para las clásicas; Iván García Cortina, que se permitió el lujo de coronar el Kapelmuur en el grupo de cabeza. A ver si tiene suerte y nos da una alegría esta primavera.
Empiezan dos meses intensos para los aficionados al ciclismo; Paris-Niza, Tirreno-Adriático, Milan-San Remo, Flandes, Roubaix, las Ardenas.... Y de aperitivo, la carrera del "sterrato" (pistas de tierra) el próximo fin de semana: la Strade Bianche. ¿Os lo vais a perder?.
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