sábado, 3 de mayo de 2014

MARATÓN DE BARCELONA. 16/03/2014. Por Marcos




Dada la escasez de crónicas en las últimas semanas, me voy a permitir recuperar alguna pendiente... . En este caso la de la maratón de este año; la de Barcelona.
De nuevo nos juntamos mis amigos del trabajo y yo. Esta vez no hay que salir de España y en 2 horitas de AVE nos plantamos en Barna. Como siempre, la primera prioridad es comprar pasta y vaselina... que ya se sabe que son las dos únicas cosas que de verdad hacen falta para correr una maratón. Después, ya más relajados, nos damos un paseo hasta la Expo a recoger los dorsales y ver si nos animamos a comprar algo. Al igual que en la de París del año pasado, Asics es el principal patrocinador, y sus productos jalonan toda la exposición. Aunque eso si..., a precio prohibitivo. Así que una vez más, nos vamos para el hotel con los dorsales y unas cuantas fotos de recuerdo. Quizás cuando seamos ricos.
Y llega el día de la maratón. Casi 20º grados en Barcelona, sol en "to lo alto" que diría un andaluz, y mucha gente en la plaza de España, donde estaba montada la salida. Lástima que las dos torres venecianas estuvieran entre andamios.
La salida está muy bien organizada, separando a los corredores por varios carriles desde mucho antes de la línea de partida, según el tiempo-objetivo de cada uno. Igual la única pega que le pondría yo es que se echó de menos algún retrete más en la salida, por eso de la "meadica del miedo" tan habitual justo antes de salir.
Vamos saliendo por tiempos, sin aglomeraciones y con mucho público, que siempre se agradece. El recorrido nos lleva por todos los puntos turísticos de Barcelona: Carrer de Grácia, Sagrada Familia, Camp Nou, Barrio Gótico, torre Agbar, Arc de Triomph, plaza de Colon, etc... Sin embargo, poco a poco me voy dando cuenta de que el recorrido tenía más desnivel del que yo esperaba, y que cada vez que nos alejabamos del mar y enfilábamos la montaña, las avenidas subían progresivamente para luego volver a bajar. En fin, que con tanto sube y baja perdí el ritmo y animado por las bajadas corrí más de lo previsto en la primera mitad de la carrera. Evidentemente el resultado no podía ser otro; pajarón en el kilómetro 35 y caída en picado de 4:50 min/km a 5:10, 5.15... . Al final acabé muerto, cruzando la meta con más pena que gloria y superando en 4 minutos el tiempo del año pasado en París (¡y eso que allí acabé esprintando!). Eso si, después del calor y el bajón de los últimos kilómetros me quedé más que satisfecho con mis 3:31 hs. ¡Otro maratón al zurrón! (y van tres).
Pero de nuevo, un año más, todo se queda en nada cuando empiezo a enterarme de las proezas de mis amigos, que este año habían preparado el maratón como quien prepara una carrera de 5K de las fiestas de su pueblo.
Javi, el más serio en sus entrenamientos, consiguió rebajar con creces sus tiempos de París, y encima disfrutando como un enano del recorrido. Los Danis corrieron suerte dispar... mi querido Dani A, el único que ha venido conmigo a los tres maratones, decidió abandonar en el peor punto posible del recorrido, cuando más lejos estaba de nuestro hotel, ¡dicen las malas lenguas que fue el único corredor que hizo más kilómetros cuando se retiró que durante la maratón...!. Dani R, que tampoco venía excesivamente motivado, acabó "por sus cojones", pero dejó otra gran frase para el recuerdo..."chicos, yo me bajo del barco".
Y finalmente la sorpresa del año; Cris. ¿Cómo puede alguien correr una maratón habiendo hecho solo  tiradas de 12-13 kms y sin haber corrido ni una triste media-maratón?. Pues con más ilusión que fuerza. O quizás con esa terquedad aragonesa que tanto nos ayuda en estos casos... . La cuestión es que no solo la acabó, sino que encima ¡se permitió enviar un whatsapp en el kilómetro 39 para decir que todo iba bien!!.
Estos/as chicos/as no dejan de sorprenderme....

No hay comentarios:

Publicar un comentario