jueves, 12 de diciembre de 2019

INTENTO AL PICO DE BRAZATO. 5 de Diciembre 2019.

No todos los días se consigue el objetivo previsto y aunque ese 5 de diciembre queríamos llegar al pico de Brazato, en la zona del Balneario de Panticosa, una serie de circunstancias hicieron que tuviéramos que darnos la vuelta a pocos metros de la cima.
La mañana empezó fría, con nieve muy dura en el bosque por el que discurre la GR-11 que sale hacia el este del Balneario y se dirige al valle de Bujaruelo. Precisamente eso hizo que subiéramos a pie, sin hundirnos a pesar de no habernos calzado los esquís, hasta casi alcanzar el ibón bajo de Brazato, obviando el clásico camino de invierno por el  barranco de Tablato.



Tras atravesar el ibón remontamos, no sin dificultad por la dureza de la nieve, la pala que nos dejaba ya en frente de nuestro pico. En este punto no se aprecia claramente el camino más idóneo para acercarse a la base del pico, por lo que tras varias dudas decidimos no perder altura y flanquear el Brazato Occidental (el que "no se sube"; identificable por estar más próximo y tener un perfil más abrupto) por una faja de nieve en su cara norte algo expuesta pero que parecía segura. Craso error, que diría alguno, porque al hacer un giro obligado en la citada faja, desplacé unos centímetros una amenazante placa de nieve que aguantó sin desprenderse lo justo para permitirme deshacer el paso y volver por dónde había venido. Llevábamos cuatro horas y media de actividad y la hora no daba para corregir la ruta y volver a intentarlo, así que decidimos dejarlo para otra ocasión, que para eso hay más días que longanizas...



Punto en el que nos dimos la vuelta


martes, 3 de diciembre de 2019

¿BICI PARA TODA LA VIDA?

El pibe lo tiene claro... rígida y de acero. ¿O es que lo más importante no es el piloto?.


domingo, 1 de diciembre de 2019

WHITE FRIDAY; PICO DE ESPELUNZIECHA POR EL CORREDOR NORTE. 29 de noviembre

En la cresta final, con el Anayet y la Canal Roya de testigos.
Porque tiene que haber de todo en este mundo, Jacobo y yo decidimos pasar del Black Friday y cometer la insensatez de cambiar un idílico día de rebajas por uno de frío, nieve y libertad.  El objetivo del día es el pico de Espelunziecha en el valle de Tena. Este pico, víctima de la última ampliación de la estación de Arramón-Formigal, es un mirador de excepción de la espectacular cara oeste del Anayet y además de la vía normal por el sur, nos ofrece una ascensión alternativa al estilo alpino por un asequible corredor en la cara norte. Esta ruta, como tantas otras, la encontramos en el tomo I de la colección "Rutas con esquís Pirineo Aragonés" de Jorge García-Dihinx.

Por la Glera de Anayet

Lo más sencillo es salir desde el aparcamiento de Anayet, en Formigal. Tras empezar a foquear por la pista que sube hacia el telesilla de Garmet , nos desviaremos por un valle colgado hacia el oeste antes de llegar arriba. Entraremos en la Glera de Anayet y tomaremos como referencia una cabaña-bar de la estación del mismo nombre. 
A partir de aquí nos iremos desviando hacia el noroeste para entrar en un desfiladero entre nuestro pico y el Garmet, que nos llevará a un discreto collado desde el que divisaremos el Midi y toda la zona del Portalet. 
A nuestra izquierda quedará la cara norte del Espelunziecha, que recorreremos en un flanqueo a media ladera hasta encontrar una evidente canal que nos llevará a la loma de la cima. Aunque es sencillo, este corredor no deja de ser eso, un corredor, por lo que habrá que hacerlo con crampones y vigilando la dureza de la nieve. 


Cambiando esquís por crampones



Saliendo del corredor
Una vez salimos a la loma recorreremos una amplia cresta hasta la cima, parando mil veces a contemplar la preciosa estampa del pico y los ibones de Anayet y la Canal Roya. 



Para bajar seguiremos unos metros por la cresta hacia el suroeste, para en seguida calzarnos los esquís en un cómodo collado. Desde aquí bajaremos fácilmente hacia los ibones, pero siempre tendiendo hacia el desagüe del Ibón Bajo, por donde sube el camino de verano. La vuelta la haremos siguiendo esa ruta, esquiando primero por el barranco de Anayet y luego por el de Culibillas. Este último está surcado por infinidad de arroyos que bajan desde las dos laderas y que si no están aún congelados y cubiertos de nieve pueden complicarnos la bajada y obligarnos a hacer malabarismos con los esquís para poder cruzarlos, alargando este tramo final y haciéndolo muy incómodo.

Bajando la cresta hacia el sur, con el Arroyeras a la derecha de la imagen



Longitud: 9.26 kms
Desnivel positivo acumulado: 680 metros.
Duración: entre 4 y 5 horas.
Nivel técnico: Medio
Nivel físico: Medio
Track: pinchando aquí


domingo, 24 de noviembre de 2019

CAMINO DEL CIELO O RUTA CIRCULAR A LOS MALLOS DE RIGLOS (5 de Octubre 2019)

Retrocedemos al mes de octubre para revivir esta vuelta a los mallos grandes de Riglos. Se trata de una excursión circular en la que se vence un desnivel moderado pero incómodo, ya que el ascenso lo haremos por un camino con bastante piedra suelta y que a alguno se le puede atragantar, sobre todo en los meses de verano con el sol castigando desde el cielo. Aún así, el premio de llegar al mirador del Espinable (o Ventuso) compensa con creces los esfuerzos anteriores, y es que disfrutaremos de unas maravillosas vistas del Pirineo, la Hoya de Huesca, Peña Rueba.... Aún así, lo que de verdad robará toda nuestra atención será la perspectiva que desde aquí se tiene de los espectaculares mallos, casi comparable a la de los buitres que veremos volar a nuestro alrededor.




Tras un merecido descanso iniciaremos el descenso hacia el Circo de Verano por un bonito sendero entre los mallos del Fire y el Pisón, que nos dejará a los pies del Puro y muy cerca ya del pueblo. A estas alturas sólo nos quedará un problema más; elegir el bar en el que tomar una cerveza y un buen bocata.



Longitud: 5 kms.
Duración: 2,5 horas con niños, sin contar paradas.
Desnivel acumulado positivo: 400 metros.
Vegetación: Monte bajo con aliagas, carrasca, sabinas...
Dificultad física: Media. 
Dificultad técnica: Buen calzado, el terreno es pedregoso y puede ser resbaladizo.
Recomendaciones: Llevar agua y gorra en los meses de verano, apenas hay sombras. Mejor hacerla en primavera, otoño e incluso invierno.
Edad recomendada: Niños a partir de 5 años con ganas de caminar. No apta para carritos.
Peligros: Precaución al pasar por la base de las vías de escalada, pueden caer piedras.  Cuidado al acercarse a los cortados, una caída cerca del borde puede ser fatal. 
Track: pinchando aquí



viernes, 15 de noviembre de 2019

PEQUE SIN RUMBO: DEL PUENTE DE BUJARUELO AL PUENTE DE ONCINS. Junio del 2019

De puente a puente... ¡y me tiro para que se me lleve la corriente!. Esta adaptación de la famosa frase del juego de la oca valdría para resumir esta maravillosa ruta que hicimos en el ya lejano mes de junio. Ya sé que evocar esas fechas en pleno temporal de frío puede parecer hasta malintencionado, pero ¡qué narices!, no quería dejar de contar esta excursión y como se suele decir, nunca es tarde si la dicha es buena.
Es una excursión muy sencilla, apta para casi cualquier niño, y que sin apenas desnivel recorre las dos riberas del río Ara en el valle de Bujaruelo. Empezaremos desde el refugio de Bujaruelo, al que se accede por pista desde la carretera que sube a la pradera de Ordesa. Nada más empezar a caminar cruzaremos un puente románico para pasar a la margen izquierda del río. Este espectacular puente del siglo XIII es el protagonista absoluto de este enclave y en seguida robará toda nuestra atención. Fijándonos un poco más descubriremos además las ruinas de lo que fue la ermita de San Nicolás, construída en el mismo siglo y de la que ya sólo queda la fachada del ábside. Si sabemos escuchar, estas piedras nos contarán historias de peregrinos y contrabandistas que a lo largo de la historia han usado el puerto de Bujaruelo como paso entre Francia y España y que encontraban aquí una merecida posada.


Aún no habremos andado ni cincuenta metros cuando de nuevo la historia nos cortará el camino. Y es que a la derecha del sendero, oculto entre la maleza, encontraremos un búnker de hormigón pensado para albergar a un francotirador con una ametralladora. Sorprende ver una construcción militar en un lugar tan idílico, pero este contraste tiene su explicación en los años 40 del siglo pasado, cuando un preocupado Franco, que acababa de ganar su Guerra Civil, decidió fortificar el Pirineo con la llamada "Línea P"; una red de fortificaciones militares que pretendía frenar una hipotética invasión de las tropas aliadas en la Segunda Guerra Mundial. Afortunadamente la tronera del búnker nunca se usó y hoy sólo sirve para que los chavales disfruten pasando por ella.


A medida que caminamos el valle se va abriendo y nos muestra un bonito paisaje en el que se mezclan prados, abetos y montañas, con despreocupadas vacas pastando en las orillas del río.  El paseo nos llevará lentamente hasta el puente de Oncins, que de nuevo cruza el Ara. Aunque de construcción simple y práctica, su entorno bien merece la pena, pues aquí el río se empieza a encañonar y la vegetación se mezcla con la roca y el agua en una bonita composición. Incluso si el tiempo es bueno nos podremos dar un chapuzón.

La vuelta la realizaremos por una cómoda pista que sin dificultades nos llevará por la margen derecha de nuevo al punto de salida. Al principio de la misma encontraremos una fuente en la que recargar las cantimploras y también veremos el desvío hacia el valle de Otal, que dejaremos para otra ocasión.

Longitud: 3.84 kms
Desnivel positivo acumulado: 44 metros
Dificultad física: Fácil
No apta para carritos a no ser que se haga por la pista tanto de ida como de vuelta.
Track: pinchando aquí

domingo, 10 de noviembre de 2019

VALLE DE GISTAÍN Y REFUGIO DE VIADÓS EN BICICLETA. 3 de Noviembre 2019

Hay lugares en los que el otoño se manifiesta con una belleza e intensidad que casi duelen a la vista. El valle de Gistaín (o bal de Chistau) es ellos. Sin los vistosos hayedos que decoran los valles vecinos, aquí destaca es la gama de colores que tapiza cada rincón y cada ladera. La agricultura y ganadería tradicionales que siempre se han practicado aquí, han modelado el paisaje hasta convertirlo en un retablo en el que se mezclan casi todas las especies de árboles que podemos encontrar en el Pirineo. Así, en este valle multicolor encontramos los rojos de los cerezos, serbales o arces, los amarillos de los chopos, hayas y fresnos, los marrones de los helechos y robles o el verde de los pinos y abetos, siempre fieles a su carácter perenne.  


Tras dos días de lluvias este 3 de noviembre amanecíó lloviendo y en Plan apenas se alcanzaban  los seis o siete grados. Pero como dice un viejo amigo con muchos años de trabajo al sol: "al tiempo bueno o al tiempo malo... ¡al campo a esperarlo!". Así que allí me planté con la bici a punto y con la esperanza de que el día se fuera arreglando.

La idea era subir desde Plan hasta el refugio de Viadós por la GR19, la ruta principal del valle de Gistaín. Para ello hay que dirigirse por la carretera al vecino pueblo de San Juan de Plan. Poco después de superarlo encontraremos unos paneles informativos y un desvío que en pocos metros nos llevará al Puen Pecadó, un espectacular puente de piedra desde el que, según cuenta la tradición oral, se arrojaban a los condenados. Leyendas de puenting aparte, lo que seguro es cierto es que este puente fue durante mucho tiempo el único paso entre las dos riberas del río Zinqueta en este tramo tan encañonado. Además, y por si no tuviera ya suficiente interés, está rodeado por varios tilos de gran tamaño que le prestan su sombra y añaden aún más mística al lugar.

Una vez en la pista remontaremos poco a poco el valle, siempre a la vera del río que ese día estaba espléndido tras las lluvias de la noche anterior. Llegaremos a un primer cruce en el que nos desviaremos por el camino de la izquierda, siguiendo el cartel indicativo de "ruta 4" según la señalización de la comarca del Sobrarbe, anterior a la llegada de la ZonaZero. El camino va ganando altura y con ella belleza. Dejaremos a nuestra izquierda la pista que nos llevaría al puerto de Ordiceto y finalmente llegaremos a las praderas en las que  se levantan los edificios del campamento Virgen Blanca.








El refugio, la saca, el lavadero, las letrinas, la capilla... todo sigue en su sitio después de más de 60 años de historia y tras el paso de miles de niños año tras año. Y es que aquí, en Virgen Blanca del valle de Gistaín es donde muchos de nosotros aprendimos a querer a esta montaña que nos ha regalado tantos veranos inolvidables. Cada vez que vuelvo a esta pradera es como si rejuveneciera de pronto treinta años.

Seguiremos subiendo hasta sobrepasar el cámping del Forcallo, cerrado en esta época del año, y tras desviarnos unos centenares de metros por la pista de Tabernés para ver una bonita cascada volveremos atrás y afrontaremos el último repecho antes del refugio de Viadós. Es un tramo duro y hay que pelearlo un poco, pero el premio compensa con creces el esfuerzo; habremos llegado a uno de los miradores más bonitos del Pirineo. La vista del macizo del Posets desde Viadós es de esas que no se olvidan fácilmente.





Las nubes, agarradas a las cimas durante toda la mañana, decidieron abrirse justo en el momento en el que yo llegué, mostrando la montaña como un regalo. El refugio estaba cerrado pero lejos de ser un problema me permitió disfrutar y fotografiar en completa soledad esta preciosa postal. La magia del lugar hace que se pare el tiempo. Pero con el sol también llegó un aire helador que en seguida rompió el hechizo y me hizo recordar que tenía que regresar.


Para ello deberemos descender de nuevo hasta el Forcallo y una vez allí desviarnos hacia el río y cruzarlo por un puente metálico. Nos metemos en un precioso bosque de pinos por el que discurre una discreta pista muy poco frecuentada. Tras rodar unos kilómetros por ella y cruzar varios torrentes por bonitos puentes de madera llegaremos a uno de los puntos clave de la excursión; el desvío hacia  Plans de l´Abet.



Empieza aquí una larga subida que irá sacándonos del cañón que forma el río y nos llevará a los prados donde suelen pastar en verano las vacas de la zona. Estamos a casi 1900 metros y las vistas vuelven a cortar la respiración; Punta Suelza al oeste, Cotiella y sus peñas de las horas al sur , los pueblos abajo en el valle... todo deslumbra en este sitio.




Y por fin llegará la agradecida y rápida bajada al valle, entrando de nuevo en el bosque y pasando por la ermita de San Mamés. Abajo espera San Juan de Plan y sus vertiginosas calles por las que podemos llegar a la escollera del Zinqueta y rodar tranquilamente hasta Plan por un bonito merendero. 
Poco antes de llegar veocon el rabillo del ojo como a mi espalda sale otra pista; la que me llevaría al col de Sahún y la sierra de Chía... aunque esa historia habrá que dejarla para otro otoño.

Longitud: 39,46 kms.
Desnivel positivo acumulado: 1172 metros
Dificultad técnica: Baja-media.
Dificultad física: Media-alta.
Track: pinchando aquí